¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Fran Laviada escriba una noticia?
Las pequeñas cosas buenas, de las que gozamos a diario, no se suelen valorar en exceso, excepto cuando nos faltan. Por ejemplo, disfrutar de la lectura de un buen libro, cómodamente tumbado en una hamaca de la terraza (el que las tenga, hamaca y terraza, preferiblemente la segunda), recibiendo al mismo tiempo, las suaves caricias de un día de sol con temperatura dócil (el calor infernal se lo dejamos para "Satanás"). Que se acaba, cuando el "jodido" perro del vecino empieza a dar ladridos como un loco, y la concentración en la lectura se va a "freír espárragos". Aunque peor sería no poder tener, ni el libro (además claro está, de que tampoco se posea hamaca y terraza). Al final, como la vida, no sabes por donde te va a "tocar las narices", puede que te haya dado terraza, hamaca y libro, pero has tenido la mala suerte de que en tu empresa te han trasladado a su delegación del Norte, a vivir en la ciudad más lluviosa del país, y que al final acabes echando de menos a "Toby", el "cachorrillo" ladrador del vecino, que tenías cuando tu residencia se encontraba en la zona de temperatura más agradable, lo que viene siendo el Sur.
Fran Laviada