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Masas de aire, aguas marítimas o productos comestibles pueden servir de transporte para que partículas contaminantes radioactivas emanadas de los reactores de la planta de Fukushima, Japón, alcancen de manera indirecta a varios países, afirmó Epifanio Cruz Zaragoza, especialista de la UNAM. Explicó que el incidente más riesgoso ocurrirá si las altas temperaturas ocasionan la fundición de uranio, plutonio y alfa, y ese líquido, al hacer contacto con el núcleo del reactor, provoca una explosión y la emanación de elementos radioactivos potencialmente nocivos para la salud. El coordinador de Irradiación y Seguridad Radiológica del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM detalló que parte de ese material, en forma de gas o de partículas muy finas, es lanzado a la atmósfera como si fuera ceniza, en una suerte de efecto chimenea. De acuerdo a las condiciones climatológicas, se pueden dispersar hacia grandes áreas porque el aire caliente es capaz de transportar esos residuos, añadió. El especialista indicó que si por las explosiones que hasta ahora se han producido emanan de los reactores sólo hidrógeno o yodo la salud de los lugareños estará a salvo si son evacuados al menos a 20 kilómetros de distancia. Cruz Zaragoza instó a tomar conciencia, porque el mayor riesgo que implican explosiones de esta naturaleza es la toma de decisiones, como si se compran productos contaminados lo cual es muy perjudicial. Estados Unidos y Canadá ya “prendieron sus alarmas” al empezar el monitoreo de partículas suspendidas, comentó el experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Comentó que las autoridades niponas no imaginaron que los diques de seis metros y medio de altura, colocados alrededor de las plantas nucleares para protegerlas del oleaje, fueran insuficientes ante la presencia de marejadas de 10 metros de altura.