El fabricante de vehículos Fiat concretó finalmente la compra de su rival estadunidense Chrysler, un día después de que la Suprema Corte decidió que la transacción no enfrentaba más obstáculos. El acuerdo para una "nueva Chrysler", obtendrá de la automotriz italiana la tecnología para fabricar autos de tamaño mediano, eficientes en cuanto a uso de combustible, y una mayor distribución mundial, principalmente en Rusia y América Latina. En un comunicado conjunto, las empresas aclararon que la nueva firma será 20 por ciento propiedad de Fiat, aunque este porcentaje se puede incrementar a 35 por ciento una vez que Chrysler pague el crédito que le extendió el gobierno de Estados Unidos. Además, 55 por ciento será propiedad del sindicato de la industria automotriz, ocho por ciento del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, y dos por ciento del gobierno de Canadá. El director de la empresa será el actual director de Fiat, Sergio Marchionne, mientras que el presidente del Consejo de administración será Robert Kidder. La transacción allana el camino para que Chrysler, de acuerdo con la intención expresada por el gobierno federal, pueda salir en unos días de la bancarrota, en la que se encuentra desde el 30 de abril. "Esperamos establecer un nuevo paradigma en la manera en que las compañías automotrices operan y avanzan de manera rentable", expresó Marchionne en el comunicado oficial. La nueva Chrysler estará guiada por un consejo de administración compuesto por tres miembros nombrados por Fiat, entre ellos Marchionne, cuatro designados por el departamento del Tesoro estadunidense, uno por el gobierno canadiense y otro por la dall"United Auto Workers Retiree Medical Benefits. "Esta alianza, establecida con el total apoyo de la administración del presidente Barack Obama es un significativo paso para situar a Fiat y Chrysler como líderes entre la nueva generación de automotrices globales", enfatizó Marchionne.