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Esta historia, lleva un repertorio histórico de tres ciclos, cinco fases y diez etapas
Aventis
Por fin, hay un descanso, porque la apertura del caso, sobre el submarino Ara San Juan despertará nuevas expectativas y, el gobierno de Mauricio Macri, estará más expuesto sobre la opinión pública y, su localización permitirá encontrar las fallas que tenía al darse la orden de zarpe, para caer en una escenada, por demás repetida. Mauricio Macri, presidente de Argentina, confirmó la muerte de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, y anunció que se abrirá una etapa de investigaciones para conocer la verdad. "Una verdad con la que estamos comprometidos desde el primer día y que es necesaria para honrar y respetar a nuestros héroes y sus familiares, a los que deseo toda la fuerza para superar este gran dolor", expresó el mandatario en un vídeo institucional grabado en la residencia presidencial.
Esta historia, lleva un repertorio histórico de tres ciclos, cinco fases y diez etapas. Ya que el propio gobierno argentino origino todo un conjunto de incertidumbres, arropada con la presencia norteamericana e israelita en tierras mapuches, muy al Sur de Las Pampas y Patagonia.
Al Imperio Norteamericano y a los Israelitas que residen en todo el vasto territorio argentino, poco le interesa reflotar el submarino, que iba a ser modernizado a un nivel nuclear, luego que Cristina Fernández, (V) de Kirchner, lo mandó a capacitar en todos sus mandos con empresas náuticas acopladas a la ingeniería militar.
El San Juan, contaba con propulsión eléctrica y compuesta de 960 elementos de baterías de plomo- ácido. La energía de estas baterías era provista a un motor eléctrico de propulsión de cuatro armaduras y 6400 KW de potencia que transmitía su movimiento a la línea de eje y, por consiguiente, a la hélice. Para la carga de baterías contaba con 4 motores Diesel IMTU de 16 cilindros en V y 1200 KW de potencia, que movían a su vez 4 alternadores de 4000 amperios. Fue construido en un astillero de Alemania, el Thissen Wordseewerke de Emden y, luego su apostadero de Mar de Plata, el 18 de enero de 1986, tras haber navegado en inmersión 27 días, o sea, 638 horas.
El hallazgo lo realizó la compañía encargada del operativo de búsqueda, Ocean Infinity, a través de la embarcación Seabed Constructor que, tras 60 días de trabajo, se disponía a suspender su labor por mantenimiento. Según el contrato firmado con el Estado Nacional, la empresa estadounidense cobrará 7.500.000 dólares por el descubrimiento de los restos. En el contrato se especificaba que no habría remuneración si la búsqueda no arrojaba resultados.
Luego de la Guerra de Las Malvinas, el Almirante Carlos Castro Maden, tuvo a bien, elaborar un plan de triangulación de la Armada Argentina, con el fin de equipar con tecnología de punta las fragatas y destructores de la marina argentina y el San Juan, se encontraba entre los planes y venía desarrollándose un prototipo de Reactor Nuclear de baja potencia. Dicho proyecto fue abandonado durante la ejecución de gobierno de Raúl Alfonsín y, se tomó una fecha para su instalación, pero las refriegas políticas lo impidieron, obviando el resguardo territorial.
El almirante y físico nuclear Carlos Castro Madero, entonces titular de la CNEA, había tomado esa decisión luego de analizar las ventajas estratégicas que había tenido Gran Bretaña en la guerra de Malvinas, revelaron a Clarín en su oportunidad dos científicos argentinos que trabajaron o conocieron el proyecto y pidieron no ser identificados. El submarino nuclear británico Conqueror había hundido con torpedos convencionales al crucero General Belgrano fuera de la zona de exclusión y obligado al resto de la flota argentina a refugiarse en los puertos por lo vulnerable que era.
En secreto, Castro Madero ordenó empezar los estudios del diseño de un reactor pequeño que pudiera entrar en un submarino como el San Juan, del tipo TR-1700 de fabricación alemana y de propulsión con un motor diésel en superficie y con baterías cuando está sumergido.La gran ventaja de los submarinos nucleares es que pueden permanecer más de 60 días bajo el agua sin subir a tomar aire o cargar baterías y recorrer grandes distancias lo que los convierte en un arma estratégica muda. El proyecto secreto era darle propulsión nuclear, no ponerle misiles nucleares al San Juan.
La cúpula de la ARA sabía que el submarino ARA había estado 39 días en operaciones durante la guerra de Malvinas, pero debía subir el snorkel para tomar aire y no pudo hundir ningún buque británico porque le fallaron los torpedos y la computadora de tiro. Pese a la valentía de su tripulación estuvo en desventaja estratégica.
Les recuerdo que Argentina y Chile es lo más granado de Latinoamérica y su inmigración fue selecta
Pero el proyecto de Castro Madero fue abandonado por falta de presupuesto. El San Juan había pasado a operar para la Argentina en 1986 y en la CNEA pensaban que era el ideal. Habían comenzado el diseño de un pequeño reactor -la Argentina había construido ya un reactor de investigación para Perú, entre otros- y analizado como cortarlo al medio y adaptarlo para colocarle el reactor nuclear. Para los científicos era un desafío fascinante. Tenían que armarlo en tierra, probarlo y luego meterlo el interior de San Juan. “Teníamos y tenemos la capacidad tecnológica y científica para hacerlo”, contó uno de ellos. Pero costaba unos mil millones de dólares y el gobierno de Raúl Alfonsín se caía consumido por la hiperinflación y los estallidos sociales de 1989. Entonces, se congeló la decisión.
Sin embargo, los estudios y cálculos para el proyecto para el San Juan sirvieron para que la Argentina desarrollar el prototipo de reactor CAREM que se está ahora construyendo en la localidad bonaerense de Atucha junta a las centrales núcleo eléctricas Atucha I y Atucha II. Aunque el CAREM tiene 25 mega watts de potencia y un submarino necesita uno más pequeño. La puesta en marcha del CAREM está ahora demorada por reducciones presupuestarias.
En junio del 2010, la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, retomó la idea y anunció que se habían puesto en marcha los estudios técnicos para dotar, por primera vez en la historia argentina, de propulsión nuclear a buques de superficie de la Armada. Poner un reactor en un buque es mucho más fácil que hacerlo en un submarino. “Queremos recuperar las capacidades que el país tuvo en el sector científico, tecnológico e industrial, Argentina no puede quedar al margen de esta tecnología”, expresó la ministra al hacer el anuncio con bombos y platillos.
En ese momento, incluso se barajó como hipótesis dotar de un motor nuclear al rompehielos “Almirante Irízar”, que estaba siendo reparado y renovado en el astillero Tandanor del complejo Centro Industrial Naval Argentino (CINAR), luego del incendio que lo dejó inoperable en abril 2007. El CINAR quedó integrado por el Tandanor, ubicado al sur de la ex ciudad deportiva de Boca y el astillero Domecq García, que fue comprado por Massera como una fábrica de submarinos cuando se quería que la Argentina tuviera “una flota azul”, es decir que pudiera navegar por los siete mares del mundo como la de EE. UU o Rusia. “La ministra nos dio la orden de retomar los equipos técnicos y analizar en qué navío podría instalarse”, señaló entonces el almirante Jorge Godoy, quien luego terminaría procesado por el espionaje interno de la base naval de Trelew. El asunto fue tratado, entre otros temas, por el Consejo de Almirantes que se reunió en Punta Indio. Godoy agregó que “la Argentina tuvo una política nuclear y se debe retomar ese camino. Más allá de dónde se instale, el tema es desarrollar esa capacidad de propulsión”.
Garré también creía que la propulsión nuclear para los buques podría derivarse de una adaptación del CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares). Para el trabajo se convocó a la CNEA y al INVAP -entonces dirigido por Héctor Oteguy- que ya había construido reactores de investigación para Perú, Argelia y Australia, satélites y radares. Garré ordenó que el proyecto debía estar inmerso en una planificación de largo plazo dentro del “Plan de Capacidades Militares” y proyectara a las Fuerzas Armadas hasta 2040. Pero el proyecto también terminó siendo abandonado y el kirchnerismo terminó siendo el gobierno democrático que menos compro aviones, buques o tanques les compró a las fuerzas armadas desde 1983, llevando su presupuesto al nivel más bajo de la historia.
, por el tipo de clima y la cercanía de ambos océanos, sobre todo muy al límite de la Antártica.
Argentina es un objetivo para los EEUU e Israel, pero, detrás de ellos, no olvidemos se encuentra el Reino Unido, los británicos quieren tierra limpia en esos lares y el espionaje es el tema de hoy y los falsos positivos de inteligencia. El latinoamericano, tiene un problema, es un chismoso y vende al gobierno por cualquier cuota en dólares o yuanes.
Sobre Venezuela, Nicolás Maduro Moros está desesperado, la alianza con los chinos lo destroza y nos destroza, ellos jamás serán nuestros aliados, al igual que los musulmanes, desarman a nuestro país para llevarlo a la ruina con anuencia de una élite militar. Los cuarenta y cuatro- 44- tripulantes del Ara San Juan eran lo mejor de la Armada bonaerense, no por el conocimiento, sino por su experiencia en el mar y Las Malvinas dejo su sello en los argentinos y Cristina como Néstor tuvieron que alimentar y cubrir necesidades de este pueblo sureño y defender a los Mapuches y, poco se le presto atención a lo militar.
Hay que conformar un ejército latinoamericano para defender las tierras que son ricas en minerales y pueden cubrir toda la parte tecnológica de USA, Rusia y China.
China y sus aliados y Reino Unido, jamás serán causa común con Latinoamérica, son nuestros adversarios, buscan nuestra energía para declararse imperialistas, eliminarán nuestra soldadesca bajo causales oscurantistas. Lo de EEUU, es una excusa pro Macri, lo saben todo y porque Putin, guardo silencio, lo supo primero, laverdad
Emiro Vera Suárez