Desde el cielo, cuando el avión se aproxima al aeropuerto, se abre a los ojos un espectáculo fabuloso de las majestuosas montañas de la Cordillera Central de los Andes, muchas de ellas, increíblemente pobladas. Es la segunda ciudad más grande de Colombia,   de sur a norte se extiende a orillas del río Medellin, ubicada en el valle de Aburrá; goza durante todo el año de un magnífico clima, con una temperatura promedio de 22°, que le otorga el prestigio de ser la ciudad de la eterna primavera.

Su estratégica ubicación geográfica facilita la práctica del parapente. Así que no es difícil mirar que cruzan el firmamento jóvenes temerarios, eso sí, disfrutando de un paisaje único, en donde la naturaleza y la arquitectura se funden en una convivencia armónica.

Medellín es un enorme abanico de posibilidades, desde un lugar de remanso, de calma y tranquilidad, hasta un torbellino de alegría y diversión. Su vida nocturna es vibrante, con muchos bares, discotecas, cafeterías, restaurantes. Su gastronomía deleita a los paladares más exigentes, innumerables platos típicos de la región, como: el mondongo, la bandeja paisa,   el sancocho, el tamal antioqueño y, que decir del calentadito para empezar el día. Y, su gente, con su calidez y sonrisa, nos invitan a disfrutar de las bondades de esta ciudad.

De entre sus numerosas comunas, El Poblado es uno de los más atractivos. Se encuentra en la parte alta del suoriente de Medellín, de manera que sus barrios, urbanizaciones, parques, paseos, tienen a sus pies una vista sinigual de la ciudad: enormes arboladas con álamos y acacias de múltiples y seductores aromas, que esconden, entre su follaje, casas señoriales, edificios modernos, engalanados con magnificos jardínes.

En el Poblado, "La Milla de Oro" y la "Zona Rosa", son ideales para el turismo y el comercio. Aquí encontramos el Parque Comercial El Tesoro, que conviene visitar, no solo por sus ofertas tentadoras en precio y calidad, sino porque, probablemente, sin proponérselo, es un gran mirador de los excelentes y coloridos paisajes, donde el sol brilla con más intensidad y, a medida que va cayendo el día, nos permite recrearnos con la languidez de los últimos rayos dorados, anaranjados, que se van transformando en reflejos turquesas, verdes, para dar paso, al final del horizonte, ya entrada la noche, a una hermosa luna plateada, adornada con las luces centellantes de la ciudad, que le dan un aire de misterio.

La Plaza de Botero es un espectacular museo al aire libre, en donde lucen las obras de arte del gran escultor colombiano Fernando Botero

Otro lugar obligado para visitar es la Plaza de Botero o Plaza de las Esculturas, con una ubicación privilegiada, pues, se encuentra frente al Museo de Antioquia; cerca del Parque de Berrío, del Palacio de la Cultura y del tradicional Hotel Nutibara. La Plaza de Botero es un espectacular museo al aire libre, lo que habla de la cultura, la calidez y generosidad de su gente, al dar a conocer a sus visitantes, sin ningún costo, las obras de arte del gran escultor colombiano Fernando Botero. El gran volumen de sus esculturas potencian la sensualidad, la ironía, la mordacidad, la dulzura e ingenuidad de sus personajes.

Pero Medellín no solo es una ciudad turística, sino una ciudad de un gran crecimiento industrial que genera un importante comercio interno y externo, que según el criterio de muchos, es uno de los mejores destinos de negocios, colocándola a la par con ciudades como México, Buenos Aires, Río de Janeiro, Panamá, entre otras del continente.  Esto le ha merecido el premio de ser Destino Turístico Corporativo Líder en Suramérica.

Aparte del trabajo y pujanza de su gente, a este éxito coadyuva El Metro de Medellín, que es un sistema de transporte masivo que atraviesa la ciudad de sur a norte y la comunica con otros municipios, como Itaguí, Envigado y Sabaneta; y, con su novedoso sistema integrado de Metrocable, nos podemos trasladar con muy poco dinero, de norte a noreste, del centro de la ciudad al oeste, y de oeste a noroeste, admirando el ingenio y creatividad para integrar al Metro a la población que se encuentra en la cimas.

Por ningún motivo, se debe dejar de visitar el Parque Arví que constituye una riqueza natural, situada en el nororiente de Medellín, en la cúspide de las montañas. A medida que vamos ascendiendo, experimentamos una emoción indescriptible por la belleza del lugar. Un bosque neblinoso que semeja los cuentos de hadas. Pletórico de flora y fauna, es el hábitat propicio para las aves, las mariposas, que vuelan en una danza que no cesa, como señal inequívoca de la presencia de la vida, en sus manifestaciones más asombrosas.

Para transportarnos al parque, a través del Metrocable, debemos dirigirnos en El Metro hasta la estación Acevedo, al norte de la ciudad. Una vez en este lugar, debemos realizar la transferencia a la línea K del Cable, hasta la estación Santo Domingo para hacer la transferencia a la línea L del Cable Arví.  Este es un recorrido exclusivamente turístico, ideal para acampar o hacer un picnic; o, simplemente para caminar deleitándonos del aroma de su exhuberante vegetación y del continuo susurro de las aguas cristalinas de sus arroyos.

El Poblado es una de las comunas más atractivas de la ciudad. Sus barrios, urbanizaciones, parques, paseos, tienen a sus pies una vista sinigual de la ciudad

En fin, Medellín es una ciudad maravillosa que se abre generosa y prometedora a otros destinos dentro del departamento de Antoquia.