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La compañía estatal Pemex no quiere un trato de favor en la apertura del sector petrolero mexicano y las autoridades no lo tolerarán, dijeron este jueves en Londres los principales actores de la liberalización.
"No quiero privilegios, no quiero un trato mejor que los demás", aseguró el director general de la compañía, Emilio Lozoya, en la conferencia Oil & Money que se ha celebrado el miércoles y el jueves en Londres, organizada por el diario International New York Times.
"Les sorprenderemos", aseguró Lozoya, que centró parte de su intervención en enumerar los esfuerzos que está haciendo la compañía para lograr un cambio cultural.
"Por primera vez tenemos autonomía presupuestaria. Eso permitirá a Pemex desligar las decisiones sobre inversiones de los ciclos políticos", indicó.
"Tenemos independencia de gestión", prosiguió, "y por primera vez podremos compensar a nuestros empleados de acuerdos a estándares internacionales de la industria".
"Nuestros empleados ya no cobrarán como empleados del gobierno y no serán tratados como empleados del gobierno", explicó.
Para impulsar la producción energética, el gobierno mexicano concluyó en agosto el proceso de aprobación de una ambiciosa y polémica reforma para hacer más competitiva a Pemex y acabar con su condición de monopolio en el sector de hidrocarburos, que ostentaba desde la nacionalización de la industria petrolera en 1938.
El gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) espera que la apertura del sector a las empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras, promueva la llegada de grandes inversiones y nuevas tecnologías especialmente para la extracción de crudo en aguas profundas del Golfo de México.
La primera prueba de fuego de la liberalización es la primera licitación de campos de petróleo entre el sector privado, lo que se conoce como "ronda uno".
La oferta es de 169 bloques, 109 para exploración de hidrocarburos y 60 de extracción.
Representantes del gobierno mexicano estaban este jueves en la conferencia Oil & Money para presentar el proyecto a los inversores y aseguraron que Pemex no recibirá ningún trato de favor y que el proceso será extremadamente transparente.
"Pemex es la compañía nacional. Queremos que Pemex sea fuerte pero queremos que se fortalezca mediante la competencia", dijo María Lourdes Melgar, vicesecretaria de Hidrocarburos del ministerio de Energía.
El proceso se licitación se iniciará oficialmente este noviembre con la publicación del primer pliegue de términos y condiciones y concluirá a fines de 2015 con la firma del último contrato de las diversas adjudicaciones, dijo Melgar.
"Todo se conocerá de antemano y será público", explicó Melgar, que puso ejemplos de algunas de las medidas adoptadas para garantizar la transparencia.
Por ejemplo, la prohibición de que un regulador reciba ningún tipo de obsequio o que se pueda reunir en solitario con algún actor del mercado -deberán ser dos y dar inmediatamente cuenta pública del encuentro.
Francisco Salazar, presidente de la Comisión reguladora de energía dijo que disponen de los instrumentos para "garantizar igualdad a todos los actores".
"Por ejemplo, tenemos instrumentos que nos permitirán garantizar el pleno acceso a los oleductos pero también a la infraestructura de almacenaje. Es algo clave, porque Pemex es la única compañía que tiene infraestructura en el país".
Finalmente, Lozoya dijo que la caída de los precios del petróleo -25% desde mediados de junio, para situarse en torno a los 85 dólares el barril- no afectará a los planes de desarrollo de Pemex.
"La inmensa mayoría de nuestros proyectos son rentables a este nivel de precios", aseguró el director general de la empresa estatal.
La compañía anunció el viernes pérdidas netas de 4.320 millones de dólares en el tercer trimestre de 2014, pero mantiene su confianza en la recuperación una vez se culmine la reforma energética.