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El Cruz Azul era el último representante mexicano en La Copa Santander Libertadores, y queda eliminado por el Libertad de Paraguay, quienes descontaron del equipo azteca fácilmente en octavos de final
México que por años ha osado en llamarse el "Gigante de la Concacaf", le demuestra al mundo por enésima oportunidad, que su supuesto poderío radica en jugar en una conferencia donde la mayoría de sus participantes, ni siquiera tienen Ligas Profesionales en sus respectivos países. Los aztecas se miden a rivales que carecen del entrenamiento necesario, para practicar un deporte tan exigente como el fútbol.
Cuba, San Vincent, Granada, Jamaica, Guadalupe, etcétera, son las famélicas escuadras que enfrentan a los de México, y luego que los aztecas se imponen en Concacaf ponen tremendo papelón en Conmebol, como el que observamos en Copa América, y ahora sus grandes clubes fueron expectorados de la Copa más importante del continente americano para un club, nos referimos a la Copa Santander Libertadores.
México a nivel de selecciones o a nivel de clubes, no puede con el poderío de Sudamérica que cuenta con tres campeones mundiales, Brasil, Argentina y Uruguay son equipos que juegan al más alto nivel, y donde la mayoría de los integrantes del equipo militan en las Ligas más importantes del mundo. Pero también en Conmebol emergen nuevos líderes como Colombia, Ecuador y Chile, que hacen de esta confederación la más pareja de todas.
No debemos descartar el crecimiento de escuadras que antes eran aplastadas en las canchas de fútbol, Venezuela ahora ha subido hasta el peldaño 43 del Ranking FIFA, y sus jugadores han logrado colarse en grandes Ligas a nivel mundial. También debemos apuntalar el crecimiento de Perú, quienes habían bajado en su rendimiento, pero ahora se ven mejores con Markarian como Director Técnico.
A los amigos de México le recomendamos un baño de humildad, y que revisen las bases que los mantienen lejos de conseguir títulos trascendentales, como una Copa del Mundo, una Copa América, una Copa Santander Libertadores, una Olimpiada o un Mundial de Clubes. Porque si sus logros se miden por lo obtenido en Concacaf, seguirán pareciéndole a los fanáticos del fútbol en el mundo uno más del montón.