En la iglesia en la que colaboro hay un sacerdote que llegara lejos. Respira santidad pese a su juventud. Tiene carisma con los jovenes y sabe llegar a las conciencias de los fieles, sabe tocar el alma con sus palabras.

Pero un buen dia, me encontraba yo en la Adoracion al Santisimo. Era primera hora de la tarde. Pocas personas en la Igleisa. Me gusta esta hora. Habia un hombre que me miraba. Cuando conclui mi rato de rezo y adoracion, y me disponia a salir se me acercó y entablo convrsacion conmigo.

"Usted cree que el Papa Francisco tiene razon en lo que dice, que ios perdona hasta los pecados mas grandes? Por supuesto le respondí. y salimos de la Iglesia, donde nuestras palabras podian turbar el silencio que se respiraba all. Vi que el hombre tenia ganas de hablar y le invité a tomar un cafe en una terraza al lado del templo.

Abro su conciencia conmigo "Sabe, hace años que vivo en una ficcion religiosa. Vengo a la glesia por costumbre, busco el perdon de Dios, pero vuelvo a caer en la tentación, Casi diria que llevo una doble vida.Consumo alcohol y alguna droga en privado, soy esclavo del sexo, pero intento disimularlo ante mu familia y mis amistades, dondepaso por ser un feliz padre de familia enregado a su trabajo"

Vengo aqui, me acerco al confesonario, pero lavo mis pecados como lavaria me ropa, consciente de que volvere a ensuciarla, No tengo fuerza de voluntad  para apartarme del pecado, al que se, que irremediabemente volvere.Le he visto a usted muchas tardes haciendo oracion, quiza ustes  pueda aconsejarme"

Vi a un hombre angustiado. Le dije que el recarer en el pecado era humano, que lo importante es tener el proposito de cambiar, y para ello debia buscarse un buen director espiritual. Que esto no era coa del pasado, si no del presente. Le sugeri tambien la ayuda de algun médico para el tema del alchool y la droga. Es cuestion de poner orden en tu vida, de dejar de angustiarte. Dios te ayudara si se lo pides.

Lo que me preguntas sobre las palabras del papa, te dire que yo crro a pies juntillas en esta Misecordia Divina, porque he experimentado la alegria de su perdon. Tambien yo como todos los hombres me declaro pecador. pero al reconocer  mi falta, explicito mi deseo de superacion y evitar recaer"

Se que al confesionario se acercan personas angustiadas como mi interlocutor. Que a veces los curas actuan demasiado ·de oficio" Que hauy que desangustiar al penitente, pero darle herramientas para que reconduzca su vida.

El Tentador, el Demonio, existe. No es una fabula. El Mal existe. Solo que nosotros podemos superarlo quen la ayuda de Cristo.

La oracion y la voluntad nos conducen hacia la perseverancia, pero no debemos desesperar si recaemos en el pecado. Dios nos perdona y acepta nueestro arrepentimiento. El premio ahora y aqui, la Paz Interior.