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Los 30 momentos más tensos de los Goya

05/03/2021 03:10 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Desde que su entrega comenzó a ser televisada (primero en diferido y después en directo), los Premios Goya no han estado exentos de incidentes, tropiezos y anécdotas graciosas, y como parte de nuestra cobertura de la gala que se celebrará el próximo sábado 6 de marzo, CINEMANÍA te ofrece este repaso a los 30 momentos más tensos (por emocionantes, por divertidos o por simplemente inenarrables) que han salpicado la trayectoria de los galardones más 'cabezones'.

Esta te suena, ¿verdad La gallina turuleca? Las ceremonias discretas, como las primeras galas de los Goya, no suelen dar pie a rumores ni chascarrillos. Pero en 1990, la gala de los Goya se televisaba (aunque en diferido), con lo que los espectadores de TVE se enteraron de que a la categoría de Mejor Película de Animación sólo se presentaba un filme: Los cuatro músicos de Bremen.

El humorista Pedro Reyes fue encargado de entregar el premio, testigo del paupérrimo estado del cine animado made in Spain en los años del 'Cinecito'. Una situación que se repite este mismo año de pandemia: La gallina turuleca tiene más que seguro llevarse el premio como única nominada.

Contar con dos estrellas del pop para interpretar una canción en la gala siempre da lustre. Más aún si la pareja de intérpretes aparecen muy elegantes y puestos en su papel. Salvo, claro está, cuando los arreglistas de turno deciden arropar una canción tan vivaracha como Tómbola con arreglos de teclado portátil, tan faltos de energía y evocadores de la peor radiofórmula noventera que no tienen perdón de Dios, ni de Marisol.

La emoción que embargó al difunto Ricardo Franco al recibir su Goya al Mejor Director por La buena estrella fue perfectamente comprensible: el cineasta, gravemente enfermo de la vista, dedicó el galardón a los médicos que cuidaban de sus retinas.

Tras el emotivo momento, El Gran Wyoming, presentador de la gala, recordó que había rodado con Franco un filme no muy lucido, ¡Oh, cielos!, hacía tan solo dos años. "Fue un fracaso absoluto. Y ahora resulta que el malo en aquella película era yo", comentó el humorista.

Tenemos a un personaje crucial del cine español, digno destinatario de un Goya pero enfermizamente tímido. Cuando se le otorga un Goya de Honor, el interesado prefiere no acudir, enviando en su lugar una nota de agradecimiento.

Si hablásemos de cualquier otro profesional, el texto estaría lleno de cumplidos, pero tratándose del guionista de Plácido y El verdugo, la cosa fue otro cantar: la carta que leyó Miguel Rellán rezaba: "Conocéis mi incapacidad para asistir a actos como éste, pero hoy reconozco que me siento más miserable que nunca". Genio y figura...

Dicen las malas lenguas que recibir un Goya de Honor supone el fin para cualquier carrera. Sin embargo, el veterano protagonista de Los tramposos nos proporcionó la primera excepción a esa regla cuando subió a recoger el premio al Mejor Actor de Reparto por la primera entrega de Torrente.

A Leblanc, quien ya había recibido un premio honorífico en 1994, le pesaron los años y las lágrimas al recoger su 'cabezón'. Normal.

"Los mensajeros de José Luis Garci le anunciamos nuestra próxima visita, en la que recogeremos una vez más las papeletas y les desearemos personalmente un feliz año nuevo". Así rezaba el anónimo, recibido por varios académicos, que disparó una feroz polémica en la cual el director de El abuelo fue acusado de compra de votos en los Goya.

Santiago Segura, aclamado como Director Revelación por Torrente, no perdió ocasión de mencionar a los susodichos "mensajeros" en su discurso de agradecimiento.

Como era bien sabido, el gran actor hispano-argentino detestaba las ocasiones públicas, de ahí que enviase a su hija Helena Fernán-Gómez a recoger sus 'cabezones'.

En esta ocasión, con el venerable intérprete premiado por El abuelo, el discurso de Helena recordó a todos los asistentes que la oratoria no era lo suyo. Caras de extrañeza en la platea y momento incómodo del año ante un recitado que recordaba a El florido pensil.

La primera gala de los Goya celebrada en el siglo XXI coincidió (cosas de la vida) con el 32 cumpleaños de S. A. R. Felipe de Borbón y Grecia.

Siempre amante de los clásicos, y aprovechando su subida al estrado como Mejor Director por Todo sobre mi madre, el cineasta manchego decidió entonar un "Happy birthday to you" como el que Marilyn Monroe le cantase al presidente Kennedy. Los asistentes al evento corearon la canción con entusiasmo.

Todos esperaban lo mejor de la actriz de Las Palmas cuando fue nombrada presentadora en la gala de los Goya: su papel en Todo sobre mi madre (ver foto) había suscitado el entusiasmo general, y además estaba nominada a Mejor Actriz Revelación.

Pero, las cosas como son, Antonia no sólo quedó como una presentadora poco lucida, sino que su gesto de decepción cuando el 'cabezón' fue a parar a Ana Fernández (Solas) resultó más que notorio. Tras la gala, ella misma reconoció que su intervención había dejado mucho que desear.

La entonces presidenta de la Academia es una de esas actrices a las que se define como "grandes damas de la escena": de todos es conocido su majestuoso porte, lo bien que suenan sus suspiros y, sobre todo, la serenidad que imprime a sus papeles.

Sin embargo, la fatal combinación de una garganta seca, un vaso de agua y un pulso temblón (por los nervios) provocó que su vestido quedase empapado en pleno discurso.

Si en los Oscar se monta la tremolina cuando un vestido se desliza o pierde un tirante, no queremos ni imaginarnos qué pasaría en un caso como el que nos ocupa, cuando el atuendo de Paz Vega nos reveló que la sevillana había acudido a la gala sin sujetador.

Afortunadamente, eran los Goya, así que bastó con la rápida mano de una acompañante para tapar el seno de la discordia.

12 . - Abdel Aziz El Mountassir y su discurso En construcción (2002)

Peón de albañil, escritor y actor ocasional, Abdel Aziz El Mountassir se convirtió gracias a sus parlamentos y reflexiones en la figura estrella de En construcción.

En ausencia del director José Luis Guerín, El Mountassir recogió para el filme el Goya al Mejor Documental... Y recordó a los asistentes que no sólo es una persona instruida y con gran facilidad de palabra, sino también un brasas de aquí te espero.

Con España recién embarcada, por decisión del entonces presidente José María Aznar, en la Guerra de Irak, la Academia encargó el montaje escénico de los Goya a la compañía Animalario, dirigida por Alberto San Juan y Guillermo Toledo. Lo cual vendría a ser el equivalente de una hipotética gala de los Oscar dirigida, ese mismo año, por Sean Penn y Michael Moore.

Detalles aparte, consignemos que la ceremonia de 2003 está presente desde entonces en nuestro imaginario colectivo, tanto para los españoles de izquierdas (la pegatina lucida por los presentadores aún siguió viéndose en manifas diversas) como para los de derechas, quienes vieron confirmadas sus sospechas de que el celuloide es un nido de contrarios a su ideología.

Manuel Alexandre, ganador del Goya de Honor, pronunció el discurso más emotivo de la noche: el veterano actor había luchado en nuestra Guerra Civil, y se acordaba bien de lo que supone estar en el frente.

14 .- Adiós, Almodóvar, adiós (2005)

Los Goya de 2005 fueron un trago amargo para el director manchego y para su hermano, el productor Agustín Almodóvar. El enfado por el trato de la Academia a Hable con ella aún coleaba, su filme La mala educación no había despertado precisamente los aplausos de público y crítica, y para colmo se marcharon de la gala sin haber recibido un solo 'cabezón', mientras todo el mundo aplaudía al multipremiado Alejandro Amenábar y a su Mar adentro.

Al año siguiente, los hermanos Almodóvar anunciaban su retirada de la Academia. Pedro pasó unos cuantos años negándose a acudir a la gala, negándose incluso a recoger su Goya al Mejor Director por Volver en 2007.

No es que la ex pareja de David Bisbal cantase el Cuando tu vas yo vengo en los premios de aquel año (aunque todo podría ser), sino que la diva canaria acudió a la gala como acompañante de su entonces compañero sentimental, el actor Álex González, nominado como Actor Revelación por su papel en Segundo asalto. Dado que el actor acabaría encarnando a uno de los villanos de X-Men: Primera generación, podemos considerarle el único mutante candidato a un Goya.

Los grandes talentos se resisten a las descripciones fáciles. Por ello, renunciamos a explicar lo que supuso el discurso con el que el actor pamplonés recogió su Goya honorífico en 2008. Por favor, dadle al play del video y permitid que Alfredo se explaye por sí mismo.

"Dedico este premio a los hijos de los cinéfilos, que son el futuro del cine", exclamó el autor de La soledad al recoger su premio al Mejor Director. Hasta ahí, bien.

Más peliagudo fue cuando el cineasta, cuyo filme se alzaría también con los Goyas a Mejor Película y Mejor Actor Revelación (para José Luis Torrijo), recomendó a dichos papás cinéfilos que no le pusieran a sus niños películas de Disney, sino títulos como Ladrón de bicicletas de Vittorio De Sica.

Multipremiada con cinco Goyas en las categorías técnicas, El orfanato consiguió también el premio al Mejor Guión y la estatuilla al Director Revelación para su autor Juan Antonio Bayona. Director cuyo hermano gemelo, Carlos, no se dedica (que sepamos) al cine. ¿Adivináis a cuál de los dos Bayona enfocó el realizador de la retransmisión cuando anunciaron al ganador del Goya? Exacto: al que no era.

Presidenta por entonces de la Academia, la actual ministra de Cultura dio el pistoletazo a la gala de 2009 con un discurso en el que cargaba contra el intercambio de archivos en internet.

"[Hay que seguir] peleando para que las descargas ilegales no nos hagan desaparecer", proclamó González Sinde, a quien desde entonces se empezó a apodar 'Sindescargas'. Consignemos que, en uno de sus discursos anteriores, la guionista de Mentiras y gordas había señalado a las cuevas de Altamira como punto de partida del cine español.

Poseída por el gracejo que tanto lució en la serie Aída, Carmen Machi saludó a Jose Coronado con un caluroso morreo cuando éste subió al estrado para presentar el Goya al Mejor Actor de Reparto. Machi repitió la jugada con Santi Millán, el otro presentador del premio. Pero lo que nadie se esperaba era que Millán y Coronado se comieran la boca el uno al otro con una pasión digna de Brokeback Mountain.

Presentadores de la ceremonia junto a Carmen Machi, el equipo de Muchachada Nui no perdió la ocasión de agraciar la ceremonia con sus gansadas. En especial a nuestro Joaquín Reyes, quien (como podéis ver en el video) se tomó un poco por lo literal eso de formar parte de los 'Cuatro Fantásticos' del humor español al entregar el Goya al Mejor Cortometraje.

"Esos son Mónica Cruz y Carlos Bardem", comentaba un engoyao Andreu Buenafuente señalando a dos de las figuras del patio de butacas. Por supuesto, se trataba de Penélope Cruz y Javier Bardem, por entonces ya una reconocida pareja sentimental a la que el presentador no perdió la ocasión de buscar las cosquillas.

Recién proclamado presidente de la Academia, Álex de la Iglesia se tomó muy en serio lo de inspirar a sus colegas del cine en la gala de 2010. El resultado de sus desvelos fue un discurso de casi siete minutos que, a su manera, ha permanecido en la memoria de los cinéfilos tanto (o casi) como el "No a la guerra" de 2003, por poco complaciente ("No somos tan importantes, importante es salvar vidas en un hospital"), por sincero ("Nos miramos el ombligo, tenemos pósters de ombligos en casa"), por bromista ("¡Treinta y cinco kilos menos!") y por su broche final tomado nada menos que de Gladiator.

A punto de embarcarse en el rodaje de Balada triste de trompeta, De la Iglesia proponía los medios para acabar con la perpetua crisis de nuestro cine: "¡Fuerza y honor!".

Seis años, seis, desde su última aparición en una gala de los Goya. Un importante, y notorio, desencuentro con la Academia. Y, de repente, sin que nadie se lo esperase, Pedro Almodóvar se asoma de nuevo a la entrega de los premios del cine español para entregar el Goya a la Mejor Película a Celda 211. La recompensa para este hijo pródigo fue un sentido, y larguísimo, aplauso que puso en pie a todos los asistentes.

Ahora bien: tras la operación de alto secreto organizada para llevarle hasta la ceremonia, al manchego se le escapó una indiscreción ("Pedro, no te lo van a dar el Goya [al Mejor guión], se lo van a dar a Ágora") que sigue trayendo cola.

La reconciliación definitiva entre la Academia y Almodóvar llegó, como todos sabemos con el manto de premios recibidos por Dolor y gloria en 2020.

Esta iba a ser la gala de la tensión entre Alex de la Iglesia, el presidente en funciones que renunciaría tras la gala, e Iciar Bollain que calificó su actitud de "dañina". El encuentro prometía y sin embargo no se esparaban, ni por asomo, que el foco de la tensión estaría en Jimmy Jump. Este famoso espontáneo de eventos de masas saltó al escenario del Teatro Real en un momento cumbre de la gala, en la entrega del Goya a Mejor Actor.

Lo hizo sin prisas, tranquilo y le dio tiempo a dedicar el premio entre abucheos y ante la estupefacción de las entregadoras: "Este Goya se lo dedico a todos los saltadores". A Jimmy Jump se lo llevaba la seguridad del recinto y la cámara captaba a Luis Tosar entonando un no muy cariñoso "adios, gilipollas". ¡Ah! Y el premio se lo llevó Javier Bardem por Biutiful

Quizá este sea uno de los mayores hitos de la historia de los Goya. El Langui compuso un rap para que lo cantara Juan Diego, Javier Gutiérrez y Antonio Resines. Los dos primeros lo clavaron, pero entonces apareció Antonio Resines y empezó a balbucear lanzando palabras sin sentido.

La cara de El Langui fue todo un primor mientras los asistentes no sabían si aquello estaba planeado a Resines estaba sufriendo una posesión demoniaca. Desde aquel día muchas páginas satánicas han intentado descifrar mensajes del demonio poniendo el rap de Antonio Resines al revés.

En la gala de 2012 Santiago Segura demostró que el podría ser un gran maestro de ceremonias con un monólogo salpicado de pullitas para sus compañeros -¿por qué ese reparo a nominar a las secuelas de Torrente?-, pero estaba construido con tanta gracia que era imposible enfadarse.

Ni siquiera Almodovar pareció incómodo ante ese: "Pedro, ¿qué voy a decir de La piel que habito? Bueno, no voy a decir nada porque te cabreas y te vas de la Academia".

Adriana Ugarte abrió el sobre, como siempre, y recitó eso de: "el Goya a la Mejor Canción Original es para... " Hasta ahí todo bien pero Adriana se equivocó, o miró el sobre equivocado y le dio el premio a Los niños salvajes cuando realmente era para la canción de Blancanieves.

Los supuestos premiados ya estaban bajando las escaleras muy contentos ellos para recibir el Goya y de repente alguien dijo: "Tenemos que lamentar un error..."

Ojalá esta categoría fuera de verdad, pero no, simplemente fue la excusa perfecta para que los chanantes Ernesto Sevilla, Joaquin Reyes, Julián López y Carlos Areces se marcaran unos cuantos sketchs en directo.

La película que ganó el Goya fue 23F Transformer y salió a recibirlo Joaquín Reyes disfrazado de director rarurno y a mitad de su discurso decidió quitarse la parte de arriba del traje, quedarse, literalmente, en tetas con un mensaje bien claro: "Que suban el IVA". Así se las gastan los genios del humor absurdo.

Dani Rovira presentó una de las galas más divertidas de los últimos años, sí, larga como un día sin pan, como todas, pero llena de gusto, de sentido del humor y de algo más de ritmo. En esta gala en la que el presentador fue también premiado hubo un momentazo (musical, además) que fue tan emocionante como tenso. Tenso sobre todo para el ministro Wert que no sabía donde meterse...


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