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Los hechos sucedieron antes del mediodía, entre los pasillos de la concurrida plaza comercial
La abogada Silvia Raquenel Villanueva Fraustro, quien era ampliamente conocida por defender a los más encumbrados personajes del narcotráfico, cayó abatida ayer al mediodía por las balas disparadas por al menos un trío de sicarios fuertemente armados, que la sorprendieron en un centro comercial de Monterrey, Nuevo León, en lo que representó el quinto y definitivo atentado que sufrió en su agitada vida esta mujer originaria de La Sultana del Norte.
La noticia corrió como reguero de pólvora, era una mujer recia de carácter que se encaraba a los jueces federales para sacar de prisión a sus clientes y, finalmente, fue víctima de una venganza de alguno de sus defendidos, estimaron las autoridades federales y locales del Estado de Nuevo León.
Los hechos sucedieron antes del mediodía, entre los pasillos de la concurrida plaza comercial conocida popularmente como La Pulga Río, y ante la mirada de estupor de decenas de clientes y comerciantes del pasillo H en la confluencia con el pasillo central, quienes optaron por bajar sus cortinas tras los sangrientos hechos para evitar ser detenidos por la policía para que dieran su versión de lo que vieron.
El cuerpo de la abogada quedó tendido de espaldas, vestía una blusa rosa de mangas cortas, una falda oscura, zapatillas negras y quedó con los brazos flexionados hacia arriba. Junto a su cuerpo sangrante, quedó tirado su bolso negro de mano, así como otras bolsas con las compras acabadas de realizar.
No obstante, los primeros reportes señalan que los sujetos llevaban escondidos en bolsas y bajo la ropa armas largas, de las denominadas R-15, y en cuanto la tuvieron a su alcance sorpresivamente las llevaron a sus brazos para soltar varias ráfagas, para inmediatamente darse a la fuga por el rumbo de la calle Porfirio Díaz, y luego abordar una camioneta en la que eran esperados por otro cómplice que pisó a fondo el acelerador para alejarse del lugar.
Las versiones recabadas por la Policía Ministerial, apuntan que en medio del caos que provocaron las potentes detonaciones de las armas, tanto decenas de comerciantes y clientes salieron corriendo del lugar para ponerse a salvo y no resultar heridos o muertos.
Principalmente el pánico hizo presa en varias mujeres que debieron ser atendidas por paramédicos de la Cruz Verde de Monterrey y la Cruz Roja Mexicana, pues entraron en estado de "shock".
Tras la sangrienta muerte de esta mujer, cuya ocupación le valió que corrieran ríos de tinta en los medios de comunicación impresos, y que su historia fuera conocida por miles de televidentes, llegaron al lugar decenas de representantes del orden, incluso varias unidades recorrieron toda la zona cercana a donde ocurrieron los hechos, en busca de los agresores, pero éstos lograron huir, sin que hasta ayer se tuvieran pistas para dar con su paradero.
Anoche no se sabía aún si las autoridades federales iban a atraer las investigaciones de este caso, que a todas luces está relacionado con la delincuencia organizada, luego que la regiomontana había sobrevivido a cuatro atentados, tres de ellos en la misma ciudad de Monterrey, y otros más en el Distrito Federal; pero ahora recibió en el cuerpo varios impactos de arma de grueso calibre que le quitaron la existencia.