La quietud es muy extraña. Que los humanos estén en pausa en los viajes, mantenidos a raya por la amenaza de un virus, es realmente extraño. Hay ejemplos en todas partes, y solo mencionaré dos de ellos. Un amigo mío, que creció en los Estados Unidos, pero que ha estado en todo el mundo por su trabajo, se enamoró de Moscú. Tiene un departamento en esa ciudad y una comunidad completa de amigos e incluso una iglesia a la que ha asistido a lo largo de los años. Estaba visitando Florida en febrero para escapar de la helada del invierno de Moscú, cuando llegó el Coronavirus. Él todavía está en Florida, y esto es julio, el preferiría estar en Rusia, su comportamiento migratorio ha sido reducido.

Otro amigo mío está esperando cumplir los planes de viaje a Sudáfrica. Lleva alrededor de un año armando esta aventura y también está esperando que se abran los aeropuertos y los huéspedes. Está flotando, ya que estaba en progreso en un viaje de algunas paradas domésticas antes del gran vuelo a través del océano. Él es elegante en su manejo de este patrón de retención muy largo. Él crea un hogar en microcosmos, sin saber exactamente cuándo querrá o necesitará empacar algunas de sus cosas adquiridas por esta necesidad, y dispersar el resto. Ahora está la cuestión de si realmente quiere o no un espacio de almacenamiento ... pero aún no hay necesidad de decidir.

La quietud de los viajes entre los de nuestra raza es muy extraña, ya que nos habíamos acostumbrado a viajar a cualquier lugar a voluntad. Confiamos el uno en el otro para recuperar esta libertad de movimiento en este planeta que habíamos empezado a sentir que cada uno era de nuestra propiedad. Necesitamos cuidarnos unos a otros y mantenernos saludables, y ayudar al resto de nosotros a mantenernos saludables mediante la aplicación inteligente de la higiene, incluido el uso de máscaras y guantes. "Cuida de ti mismo", L. Ronald Hubbard. Todos te necesitamos. www.elcaminoalafelicidad.mx@waytohappinesstampa