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Laurie Pringle, residente en Ontario (Canadá) había sido víctima de numerosos robos durante los últimos tres años y, cansada de que los ladrones se hicieran con su correspondencia, decidió tomar cartas en el asunto dejando un curioso paquete en la puerta de su casa.
La mujer explicó a Narcity que la puerta de su casa "prácticamente se abre a la acera" y, debido a ello, algunas personas aprovechan para servirse de la mercancía que ella encarga a las empresas de mensajería.
En un intento por acabar con los robos, Pringle hizo una señal a los repartidores para que, en lugar de dejar los paquetes en la acera, llamasen al timbre de su casa. Sin embargo, sus esfuerzos resultaron inútiles y muchos mensajeros no leyeron el cartel.
Laura no es la única afectada por estos robos. Los ladrones se han acostumbrado a coger las pertenencias de otros vecinos de la zona. Por lo que, cansada de ser uno de los blancos de los ataques, Pringle decidió envolver un paquete para que el ladrón se llevase una sorpresa bastante desagradable.
La mujer vació una bandeja de arena para gatos en una de las cajas de entrega y la dejó en el porche con el objetivo de que se la llevasen. No tuvo que esperar mucho para que su plan se completase. Solo 40 minutos después de colocar el paquete, se lo habían llevado.
Pringle grabó en vídeo al ladrón y compartió las imágenes en una aplicación del vecindario, donde otra persona señaló que él también había sido víctima del mismo ladrón. Lo que queda claro es que los ladrones no revisaban los paquetes antes de sustraerlos, sino que confiaban en que su robo valdría la pena.