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Los Tricicleteros las engañana y las llevan a venderlas A Burdeles en la Frontera de Chiapas
TAPACHULA, Chiapas (El Universal).— Cada año, miles de niñas centroamericanas son traídas mediante engaños o secuestradas para obligarlas a prostituirse en bares, centros nocturnos, casas de citas, restaurantes disfrazados, hoteles, salas de masaje y agencias de edecanes en ciudades fronterizas de Chiapas y otros estados.
En centros nocturnos de la frontera de Chiapas con Guatemala las mujeres son vendidas entre 200 y 300 pesos, aunque el precio varía según la edad y el físico, dijo una mujer que fue víctima de la trata de personas. “A mí, un triciclero me llevó a un burdel, necesitaba el trabajo porque el coyote me dejó tirada en Ciudad Hidalgo. Al final me enteré que la dueña pagó 300 pesos por mí”, dice.
Engañadas
La joven afirma que los tricicleros, cuando ven a una mujer abandonada, se ofrecen a llevarla para conseguirle trabajo de sirvienta, pero la llevan a los centros de prostitución donde, por la desesperación por no tener dinero, aceptan quedarse. “Ahora me he dado cuenta que los dueños de los bares les encargan las muchachas”, añade.
En Tapachula se inicia la ruta para la venta de hombres y mujeres para varios destinos, como el D.F., Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora, y Estados Unidos.
Organismos no gubernamentales estiman que en Tapachula se quedan temporalmente más de 3, 000 mujeres, entre ellas menores y adolescentes, para ejercer la prostitución.