¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Jorge Merino escriba una noticia?
Aquí daremos una semblanza de aquellas películas que quisieron subirse al tren de la ciencia-ficción y aprovechar el éxito de la cinta de George Lucas
Bienvenidos a “Los Parientes Pobres de Star Wars”, donde daremos una semblanza de aquellas películas que allá por finales de los 70s y principios de los 80s quisieron subirse al tren de la ciencia-ficción y aprovechar el éxito de la cinta de George Lucas, con resultados muy variados.
Empezaremos por comentar la que, en mi opinión personal, es de los “parientes pobres” más interesantes de Star Wars, por diversas razones. Me refiero a Starcrash (1978), producción italiana dirigida por Luigi Cozzi (bajo el seudónimo Lewis Coates) y que se conoció en México como “Ataque Interestelar”, estrenándose en nuestro país el 30 de agosto de 1979.
Para entender mejor la génesis de Starcrash, hay que referirse a los orígenes y gustos de Luigi Cozzi. Fanático de la ciencia-ficción clásica y ávido coleccionista de libros del género, Cozzi ya había trabajado como director en algunas películas italianas de drama y terror, y tenía bajo la manga un guión para una película de ciencia-ficción acerca de una nave espacial que sufre un accidente (sin duda inspirado por las películas de desastres tan populares en esa época). Nadie quería producir su película ya que en ese entonces el género era considerado “mal negocio”.
Hasta la llegada de Star Wars, claro.
Entra en escena Nat Wachsberger, productor franco-belga radicado en EE.UU., y quien antes ya había rechazado el guión de Cozzi. Al ver el tremendo éxito de la película de Lucas, Wachsberger llamó de inmediato al joven italiano y le dijo que quería hacer ciencia-ficción. Pero había un pequeño detalle: el productor no quería el guión de Cozzi. Quería Star Wars.
La película todavía no se había estrenado en Italia (era mayo de 1977; Star Wars no llegaría a Europa sino hasta el otoño). ¿Qué iba a hacer Cozzi? La suerte (o La Fuerza, como gusten verlo) le sonrió gracias a su hábito de coleccionar libros: un año antes, el director había comprado la novelización de Star Wars publicada por Ballantine Books, atraído por la ilustración de Darth Vader en la portada, obra de Ralph McQuarrie.
De inmediato, Cozzi se puso a trabajar, basando su historia en los conceptos y estructura general de Star Wars pero dándole su toque personal, inspirado por las novelas, historietas y películas clásicas que conocía bien. En 15 días ya tenía un guión, llamado El Imperio de las Estrellas.
El productor Wachsberger vio el guión, y le gustó. Pero como todo buen productor, no pudo dejar de “meter su cuchara”, ni más ni menos que con el título. Decidió que la película se llamaría Starcrash (por sonar parecido a Star Wars). Y entonces comenzó el rodaje.
La cinta gira en torno a dos contrabandistas galácticos, Stella Star (Caroline Munro) y el alienígena Akton (Marjoe Gortner, quien se rehusó a usar maquillaje, así que lo de “alienígena” hay que adivinarlo). Los dos criminales son arrestados por el policía espacial Thor (Robert Tessier) y el robot Elle (Judd Hamilton), quien por alguna misteriosa razón tiene un marcado acento tejano.
Stella y Akton son enviados a prisión, de la que Stella escapa rápidamente sólo para ser capturada de nuevo, pero esta vez con una propuesta interesante: el Emperador del Primer Círculo del Universo (nada menos que Christopher Plummer, quien filmó sus escenas en sólo día y medio) ofrece liberar a los contrabandistas si encuentran a su hijo Simon (¡David Hasselhoff! Muy joven y con MUCHO maquillaje), cuya nave fue destruida por la misteriosa arma del archienemigo del Emperador, el malvado Conde Zarth Arn (Joe Spinell, en una actuación divertidamente exagerada).
La trama lleva a nuestros héroes por varios mundos en busca de Simon, donde viven diversas aventuras. Aquí hay que destacar que toda la estética visual de la película nos permite ver que Starcrash no puede realmente llamarse una “copia” de Star Wars, sino que sus fuentes de inspiración son otras: Barbarella, Flash Gordon, Jasón y los Argonautas, El Planeta de los Simios, Zardoz, y un largo etcétera de películas, cómics y novelas que ya existían antes de la cinta de George Lucas.
Esto no impide que haya ciertos momentos puramente starwarianos: las peleas con “espadas láser” son de antología (en ningún otro lado podrán ver a David Hasselhoff luchando a espadazos contra dos robots de juguete), y la “misteriosa arma” del Conde Zarth Arn es como una Estrella de la Muerte de quinta categoría. Incluso hay una secuencia en un planeta helado, lo que nos haría pensar que copiaron el mundo de Hoth en El Imperio Contraataca… sólo que esa película salió hasta 1980, dos años después. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿Quién copió a quién?
Y hablando de batalla final, habíamos comentado al principio que fue Nat Wachsberger a quien se le ocurrió el nombre de Starcrash… sin relación alguna con la trama de la cinta. Fue Luigi Cozzi el que tuvo que reescribir el guión e incluir, un poco a la fuerza, el choque de una estación espacial contra la fortaleza del Conde y así justificar el título .
Con esto no quiero decir que Starcrash sea una película mala; para los que nos gusta el cine de clase B, la película tiene muchas cualidades que la redimen: los efectos especiales son alucinantes (las naves están hechas de modelos de armar, latas y hasta pelotas de golf, y explotan como fuegos artificiales; el espacio es multicolor, con estrellas azules, rojas y amarillas); los diálogos son ridículos pero dichos con mucho entusiasmo (a veces parece que los actores tomaron algún tipo de estimulante); la música de hecho es bastante buena (obra de John Barry, ganador de 5 Oscares por musicalizar cintas como Danza con Lobos o África Mía); la batalla final entre las tropas del Emperador y el Conde Zarth Arn incluye algunas de las escenas más estrafalarias que hayan visto: la fortaleza espacial del Conde tiene forma de garra, ¡y se cierra como un puño durante la batalla! Además, los torpedos que lanzan contra la fortaleza no explotan… ¡entran por las ventanas, se abren y de ellos salen soldados con rifles!
De manera intencional no doy demasiados detalles en cuanto a la trama, con el fin de despertar la curiosidad de los lectores e invitarlos a que vean la película. Se encuentra actualmente en YouTube por segmentos, o si quieren agregarla a su colección existe ya una versión en DVD y BluRay lanzada al mercado por Shout! Factory, que además trae mucho material adicional que hará las delicias de los curiosos, incluyendo escenas eliminadas, bocetos de producción y entrevistas con Caroline Munro y Luigi Cozzi.
En mi opinión, nunca se podrá decir que Starcrash es una cinta original, pero me parece más justo llamarla un “primo lejano” que un “clon” de Star Wars.
Si están de humor para remontarse a galaxias lejanas con mucho de camp y mucho de kitsch, acompañen a Stella Star en sus aventuras y diviértanse un buen rato. Vale la pena. Starcrash es una película que hay que ver para creer.
¡Gracias y hasta la próxima!