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El Museo de la Ciudad de Guanare Inés Mercedes Gómez Álvareztiene un toque de nostalgia hacia lo que fuimos como sociedad.Por eso, es el lugar perfecto para leer este libro. Foto: Alfredo OrtegaHubo dos cosas que me llevaron a leer una novela cuyo contenido pudiera ser predecible para los que vivimos en Venezuela: primero, mi fidelidad por lo que escribe Alberto Barrera Tyszka (confieso ser su fan), y segundo, la curiosidad por saber cuál sería el ingrediente para "enganchar" a los lectores, sobre todo a aquellos a quienes, como a mí, el título les genera cierta aversión por lo que han implicado estas palabras, dentro del vocabulario venezolano, en los últimos 17 años. El libro fue galardonado con elPremio Tusquetsde novela en el año 2015; ese fue un elemento adicional que llamó mi atención.El relato se desarrolla en el período comprendido entre el anuncio de la enfermedad del presidente venezolano Hugo Chávez y su muerte. El punto de enlace entre los personajes principales es un teléfono celular que contiene información importante: un video de Chávez en su lecho de muerte, en el que supuestamente cuenta "todo". Hay varias historias que se desarrollan simultáneamente, historias separadas que muestran diversos aspectos de la realidad venezolana, a la que pude ponerle el rostro de un amigo, un familiar, un vecino, hasta algo que yo misma viví en carne propia aparece allí descrito perfectamente. Tal vez el telón de fondo de esta novela es un lugar común para cualquier venezolano. Y entonces ¿para qué leerla? Puedo dar estas razones: porque está magistralmente escrita, porque la forma en la que se van tejiendo las historias atrapa al lector, porque desde que empiezas a leer la primera línea no puedes contener la curiosidad de saber a dónde te llevarán las siguientes y, para las personas de otras latitudes, porque es una ventana para ver, desde un lugar seguro, lo que pasa en Venezuela.
El ambiente tranquilo del museo permite acercarse sin miedoa la historia dePatria o Muerte. Foto: Alfredo Ortega¿Y con quién nos conseguimos enPatria o Muerte? Hay un oncólogo, Miguel Sanabria, quien es políticamente neutral (si esto es posible), su esposa Beatriz, opositora radical al gobierno, su hermano Antonio, izquierdista y defensor del chavismo, y su sobrino Vladimir, funcionario gubernamental. Es Vladimir quien trae el teléfono celular desde La Habana y lo entrega a su tío para que lo esconda y lo haga llegar, cuando sea el momento indicado, a Madeleine Butler, periodista norteamericana que viaja a Venezuela a cubrir los acontecimientos del país. Luego tenemos al escritor Freddy Lecuna, a su esposa Tatiana y su hijo Rodrigo, inquilinos del apartamento de Andreina Mijares, quien, luego de vivir en Miami y fracasar en su intento de salir adelante en un país que no es el suyo, decide regresar y reclamar la desocupación de su hogar.Freddy viaja a La Habana a recabar información sobre la enfermedad de Chávez para escribir el libro que lo hará famoso, mientras su esposa se enfrenta sola a la estrategia de Andreina para recuperar su inmueble. Finalmente, están María y su mamá, quienes se separan por la inseguridad que las rodea y que estuvieron esquivando por todos los medios, incluida la retirada de María de su colegio. En medio están las noticias, los silencios, los tapujos, las inconsistencias, las medias verdades, los comentarios, los chismes sobre lo que tiene Chávez, qué tan grave es, si está muerto o no; también podemos apreciar, a través de las expresiones de los personajes, los distintos puntos de vista, las percepciones, las sensaciones, las pasiones que existen sobre lo que Chávez significa en la vida cotidiana de los venezolanos.
Una milhoja con arequipe puede ayudar a pasar el trago amargode las historias que se muestran en el libro. Foto: Cecilia Gómez Miliani¿Quieren saber cómo es que los niños María y Rodrigo se conocen, se hacen "novios", se escapan de sus casas y se encuentran en las exequias de Chávez? ¿Quieren saber cómo el teléfono celular que trajo Vladimir desde La Habana enlaza las historias y llega a su destino final? Hay que leer Patria o Muerte.ParaErnesto Ayala Dip, este "es un libro sobre la imposibilidad de hallar una solución al doloroso jeroglífico en que se ha convertido Venezuela". Discrepo de Ayala Dip: tal vez mi país hoy sea un jeroglífico, pero me gusta ser optimista y creer que sí hay una solución para nosotros, porque esto que hoy reflejamos, en lo que nos convirtieron, no es ni remotamente lo que verdaderamente somos.El fragmento"Comprendió que ya estaba saturado. En el fondo estaba cansado de la historia. Sentía que Venezuela era una mierda, un derrumbe que ni siquiera llegaba a ser país. Creía que la política los había intoxicado y que todos, de alguna manera, estaban contaminados, condenados a la intensidad de tomar partido, de vivir en la urgencia de estar a favor o en contra de un gobierno. Llevaban demasiados años siendo una sociedad preapocalíptica, una nación en conflicto, siempre a punto de explosión. Todos los días podía suceder un cataclismo. Conspiraciones, magnicidios, guerras, atentados terroristas, fusilamientos, ejecuciones, sabotajes, sublevaciones, linchamientos... Todos los días podía acontecer una hecatombe. El país siempre estaba a punto de estallar pero nunca estallaba. O peor: vivía estallando lentamente, poco a poco, sin que nadie se diera demasiada cuenta".Sobre el autorAlberto Barrera Tyszka nació en Caracas, Venezuela, en 1960. Es Licenciado en Letras, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Sus colaboraciones han aparecido en diversas antologías y publicaciones de Argentina, Cuba, España, México y Venezuela. Fue articulista del diarioEl Nacionaly colabora conEl País, Letras Libres, Etiqueta NegrayGatopardo. Es guionista de telenovelas en Argentina, Colombia, México y Venezuela. Ha recibido el Premio Herralde de Novela en 2006, el Premio a la mejor novela en lengua extranjera (español) de la Casa Editorial del Pueblo, en Pekín, China, en 2007 y el Premio Tusquets de Novela en 2015.