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El rector de la Basílica, Diego Monroy, solicitó a los católicos suplicar a la Virgen de Guadalupe "por esta nuestra patria, que a veces parece que se nos desmorona entre las manos cuando la violencia, la corrupción, la injusticia, la impunidad y el narcotráfico nos alcanza, lastima y desintegra". Durante la homilía pidió a la Virgen del Tepeyac proteger a los mexicanos "cuando la ambición y los intereses desmedidos de los poderosos hacen inaccesible, para nuestros hermanos más pobres, sus derechos más elementales en cuanto a salud, alimentos, vivienda y educación se refiere". En este caso, solicitó a la "Virgen Morena" ayudarles a implantar en sus ambientes un mayor interés por el bien común frente al egoísmo materialista de unos cuantos, y "que nuestros pobres no se conformen a vivir de limosnas, sino más bien a vivir con lo que les pertenece, fruto de su esfuerzo y trabajo". El rector del templo mariano mencionó que el canto, la oración y la danza a la Virgen de Guadalupe también se vuelve súplica y la "invocamos en estos momentos tan difíciles por los que transita nuestro país". Sin embargo Monroy Ponce aseguró que nada debe espantar, turbar o afligir a los mexicanos porque la virgen está con ellos y "estamos bajo tu sombra y resguardo". El prelado expresó que es necesario que todos entiendan, "pero más nuestras autoridades", que sólo se puede construir un mundo más en concordia, justicia, equidad y paz desde la fraternidad y la solidaridad. Por ello, "nos hace mucha falta trabajar en la unidad, en la reconciliación, en la integración, en el bien común, en el reconocimiento y promoción de los otros, a lo que nos urge Santa María de Guadalupe". El rector de la basílica pidió a los mexicanos construir para la virgen un México de valores, donde se ame y respete la vida, donde la familia como célula vital de la sociedad tenga el lugar privilegiado que le corresponde ante tantas realidades que pretenden opacarla y debilitarla. El religioso oró para que ya sea por razones políticas, sociales, culturales o económicas a nadie le falte el acceso a la salud, al trabajo, al conocimiento, al desarrollo, al descanso, al don inapreciable de la paz. Aseguró que México es el corazón de esta fiesta de Santa María de Guadalupe y "hoy todos los caminos llegan hasta este lugar; en esta noche no hay calle ni avenida, mis amados hermanos y hermanas, que no desemboque en la colina más hermosa del Valle de México: este Tepeyac, corazón de la cristiandad mestiza y de la raza cósmica".