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La difícil relación política entre 'morados' y 'taronjas' evoluciona en dos sentidos distintos dependiendo el contexto y las pulsiones institucionales
Innumerables artículos estos días dan por roto el “matrimonio político” entre Podemos y Compromís tras el cambio de posición de los valencianos en la moción de censura. El Confidencial incluso llegaba mas lejos dando un detonante: el cambio de dirección de Podem Comunitat Valenciana que habría distanciado a Compromís de Podemos. Sin embargo, la relación entre estas dos organizaciones es mucho mas compleja de lo que alcanzan a comprender la mayoría de artículos de prensa que reflejan el día a día de la política institucional a vuela-pluma. Se desarrolla en dos dimensiones muy diferentes e independientes entre si: el ámbito valenciano y el estatal.
En el ámbito valenciano, la victoria de Antonio Estañ como Secretario General de Podem ha dado la vuelta tanto a las circunstancias de esta relación como de la propia dinámica del pacto del Botánico. No es un secreto que “Aprofundir el canvi” es la opción que mas reacciones causó en la izquierda valenciana y produce nerviosismo en cierta esfera institucional del Botànic y mas concretamente entre los círculos del PSPV y una simpatía moderadamente visible entre las bases y cuadros medios de Compromís especialmente. Esta simpatía no hay que buscarla en el tacticismo (una victoria oficialista o quintacolumnista hubiese beneficiado electoralmente a Compromís sin duda) sino en el hecho de que “Aprofundir el canvi” representa un Podem atractivo desde la perspectiva de la izquierda valenciana, coherente con el botànic y oponente digno. Entienden que el pacto debe ir mas lejos todavía a pesar de ser uno de los referentes de las políticas que se llevan adelante en otras comunidades autónomas con gobiernos del cambio junto a Navarra.
Cabe la posibilidad de que este cambio de rumbo de Podem en el País Valenciano active recelos en Compromís, sin embargo estos recelos serían un error de bulto que se debería evitar a toda costa. Las encuestas e incluso los análisis del propio Compromís dejan la percepción de que con todas las bondades que tiene el nuevo gobierno valenciano en políticas y objetivos existe un desánimo general con la política y la percepción ciudadana de que el pacto del botánico se queda “corto”, por tanto, el nuevo Podem debe ser visto por la coalición como un aliado potencial en calle y las instituciones. Principalmente por que profundizar el cambio iniciado en 2015 debe ser una máxima para una coalición forjada del tejido asociativo valenciano. Además será imprudente a escala táctica dejar una imagen de moderación política frente a un Podem mas agresivo vertebrado por el mismo tejido asociativo valenciano que hace un mes y construido transversalmente desde todas las comarcas. Compromís debe asumir toda la presión que pueda ejercer Podem sobre el Botánico como oportunidades de mejorar el gobierno y representar a la mayoría social, debe de hecho colaborar en esta tarea al máximo e incluso establecer los lazos de amistad que con el antiguo Podem no se pudieron dar. En conclusión, “profundizar el cambio” tiene que ser visto como una oportunidad y no como una amenaza. Hasta hoy todas las iniciativas parlamentarias que ha presentado Podem en les corts han sido apoyadas por los valencianistas. El objetivo debe ser presentar iniciativas que sean atractivas de apoyar para Podem y ser muy generosos en les corts con los socios cubriendo la necesidad que deja un político del antiguo régimen como Ximo Puig.
El ámbito estatal jamás ha sido un terreno de amistad entre las dos organizaciones. De hecho es el lugar de donde nacen las discrepancias mas grandes. Cada vez tiene menos creyentes el mito urbano según el cual Iglesias, Oltra, Errejón y Baldoví forman una pandilla de amigos que se quieren desde lo mas hondo. Es un secreto a voces que Oltra e Iglesias no se llevan bien, un hecho constatado que la mayor parte de la militancia de Compromís era fuertemente contraria al pacto, que Podemos no cumplió en cuanto a la búsqueda del grupo propio de todos los diputados de “a la valenciana”, también que sentó mal entre los morados que Compromís si que cumpliese el acuerdo y se fuese al grupo mixto, que sentó peor que Mónica Oltra dijese en público que hubiese preferido votar la investidura de Pedro Sánchez con Albert Rivera. Principalmente, al Podemos de Echenique, Montero e Iglesias le molesta mucho que Compromís discrepe abiertamente con muchas de sus líneas. Le molesta mas incluso que cuando un discrepante interno se salta la “omertá” impuesta a los cuadros.
Madrid ha perdido el control de la federación valenciana de Podem que tendrá su propia agenda y objetivos, además de no volver a recurrir jamás a Mónica Oltra como cara visible
El último episodio de esta discrepancia ha sido la excesiva reacción del Podemos estatal al movimiento de Compromís sobre la moción de censura. Pues con el objetivo de marcar al PSOE, consigue que a partir del día siguiente a la moción sea el partido socialista quien conserve su potencial para presentar dos mociones mientras que Podemos necesitará 3 diputados de Compromís para presentar la suya después de malgastar la del 13 de Junio. La única forma de evitar esto es retirar la moción pactando ampliarla antes, cosa que no van a hacer. La respuesta de Podemos ha sido insinuar que Compromís pretende proteger al PSOE cuando precisamente intenta evitar el desequilibrio entre Podemos y el PSOE al ceder el liderazgo de la oposición al partido socialista, Sánchez no solo compite con Podemos en votantes, compite incluso mas votantes con Compromís y estas acusaciones no son fruto del análisis sino de tratar alejar la lógica que plantea Baldoví (enfrentarse al PP) de la estrategia que pretende marcar Podemos (desenmascarar al PSOE).
El documento interno desclasificado “eramos pocos y llegó Sánchez” deja muy claro cual es el objetivo político de Podemos con esta moción. No desean echar a Rajoy de las instituciones sino que buscan sencillamente desgastar al PSOE y concretamente al secretario general socialista según sus propias palabras. Buscando ese disenso además pone dos ejemplos de mociones de censura sin mayoría suficiente que se alejan de lo considerado nueva política: la de González (a diferencia de esta pactada hasta con 5 grupos políticos) y la de Hernández Mancha (hecha en un parlamento con mayoría absoluta del PSOE). A cambio, hacen imposible acabar con el gobierno de Rajoy hasta Septiembre, pierden la posibilidad de hacer otra moción sin posibilidades de prosperar, se vuelven dependientes del PSOE, arrastrando a los 4 diputados valencianistas con ellos en esa dependencia y dejando una estela de torpeza detrás. Desde el mismo documento, que entiende la moción en un gobierno en minoría y sin pactarla con el resto de grupos como una suerte de plataforma publicitaria del futuro líder de un mañana mejor, tildan a Compromís de “izquierda mediática” e incluso de “sanchistas” según se interprete, antes de reconocer que a partir del 14J (día siguiente a la moción) se abre un marco en el que Sánchez gana protagonismo como alternativa al PP. Precisamente el escenario que Compromís busca evitar con este movimiento táctico.
La victoria de Estañ solo ha implicado una cosa en la relación a nivel estatal: la libertad de los dirigentes de Podemos para hacer pública su aversión por compromís. Las primarias de podem contaron con un componente específico derivado de Vista Alegre II que pasaba por incorporar a la coalición en Podemos. Sin embargo, la estrategia de la dirección ganadora se aleja de estas ensoñaciones e implica que Madrid ha perdido el control de la federación valenciana de Podem que tendrá su propia agenda y objetivos, además de no volver a recurrir jamás a Mónica Oltra como cara visible, lo que libera a los dirigentes estatales morados de las hipotecas de tener que “comerse” a unos socios “demasiado transparentes” para lo que hay en juego desde las primarias del PSOE. No controlan la estrategia de Podem de cara a 2019 y pueden alzar la voz contra los abusos de opinión de lo que califican de “izquierda mediática”. Compromís ha apoyado cada una de las iniciativas de Podemos a niveles estatal y autonómico sin ponerse de perfil ni una sola vez, lo que complica en el relato una “ruptura” que el Podemos estatal desearía.
Aún así, las posibilidades de futuras alianzas en estas dos dimensiones son inversamente proporcionales a la sintonía entre las dos organizaciones y sus niveles. Mientras que a nivel estatal a día de hoy no es descartable que se produzca otro entendimiento futuro a las elecciones generales (ni que no se produzca) para el 2019, cada día parece mas borrosa la posibilidad del “bloque del cambio” que propuso “Obrint Podem” en las primarias. Principalmente, como el propio Estañ advirtió en el debate de que celebró la cadena Ser, aunque sea una opción deseable para los sectores mas politizados y agitados o aquellos que no sabrían elegir a día de hoy entre las dos opciones, la simple unión de ambos no sumaría mas apoyo sino que neutralizaría gran parte del voto debilitando ambas organizaciones. Desde el extremo opuesto de la alianza y de forma transversal, el Bloc comparte este punto de vista. Sin embargo esta falta de operatividad de una coalición electoral asimétrica entre Podemos y Compromís (e incluso el PACMA llegó a deslizar la candidata de Obrint Podem) no significa ni mucho menos que no deban colaborar mas estrechamente para marcar la agenda política valenciana, si cabe desde la autonomía política y abriendo la ventana para que pueda ser el podemos valenciano quien ejerza de correa de comunicación entre estos y el nivel estatal como siempre debió haber sido y no al revés. Es decir, para que Podemos y Compromís tengan una relación mas sana, ambos entienden que esta relación debe ser abierta a nivel autonómico mientras continua desgastándose a nivel estatal, quienes prefieren un matrimonio político cerrado y predecible.
Profundizar el cambio iniciado en 2015 debe ser una máxima para una coalición forjada del tejido asociativo valenciano