Este malestar es más común de lo que creemos; en algún momento ha estado en la vida de todos.

¿Qué es lo que siempre pospones? ¿cuáles han sido tus excusas?

La procrastinación es el simple y penoso hábito del odio propio; no quererte lo suficiente como para lograr lo que te propones. A fin de cuentas, repercute cien por ciento en quien lo ejerce aunque parezca lo contrario. Sin duda puede ser tan fuerte, que hasta puede llegar a perjudicar a terceros.

Dejando en claro el concepto preciso, es de suma importancia conocer los procederes de aquello que impide conquistar sueños... de inicio, levantarse para ir tras ellos. Te puedes identificar con alguno de los siguientes:

- Aburrimiento 

- Miedo al fracaso

- Flojera

- Te pesa comenzar

- Se te hace complicado

- No lo deseas realmente

- Consideras que no es de importancia

- No lo crees posible

Al menos para mí, han sido esas las principales razones por las que estuve procrastinando demasiado tiempo. Todas son simplemente excusas, formas de respaldar las razones equivocadas.

Dejando en claro el concepto preciso, es de suma importancia conocer los procederes de aquello que impide conquistar sueños... de inicio, levantarse para ir tras ellos

La forma de pensar del ser humano al querer encontrar la comodidad o no salir de ella con frecuencia, es muy limitada, sin añoranza en nada; creando simultáneamente el odio de sí de forma inconsciente. En primera instancia, consta de no poner manos a la obra porque uno se cree incapaz, cuando en realidad se limita a sí mismo, no confía y ni siquiera tiene la intensión de esforzarse por intentarlo.

Recuerda que siempre hay un por qué, para sacudirse esos malos pensamientos que te hacen sentir fatal y te edifican en absolutamente nada. Siempre existen razones para tomar riesgos, ser valiente, esforzados y dominantes.

Lo increíble, es que puede aplicar en cualquier área de la vida: profesional, personal, social, educación, entre muchos otros aspectos más. Verdaderamente puedes conseguir avanzar, mejorar, crecer sea donde sea, en la etapa donde te encuentres... el cielo no es el límite; el límite eres tú y lo que creas que te lo impide, es tan solo un pensamiento de la mediocridad.