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El presidente estadunidense Barak Obama propuso hoy una radical reforma del sistema de regulación financiera para cerrar la puerta a los abusos del pasado mediante la concesión de mayores poderes de supervisión al gobierno. La propuesta busca también ofrecer mayor protección a consumidores y hacer más eficiente la labor del gobierno en este ámbito, para lo cual se prevé la creación de una nueva entidad reguladora y el cierre de otra. Además de hacer más transparente la operación del sistema financiero, los cambios constituyen un ambicioso esfuerzo del gobierno para dejar atrás una cultura que recompensa la toma de riesgos, dijo el mandatario. "Ese es nuestro objetivo, restaurar los mercados de forma que recompensemos el trabajo duro, no la irresponsabilidad y la avaricia, y se aprecie más la competencia honesta sobre quienes sólo apuestan", agregó. Obama dijo esperar que el Congreso "trabaje rápidamente" para poner en vigor estas reformas, pero advirtió que sus planes enfrentan la oposición de grupos de "intereses especiales". Bajo el plan propuesto por Obama, los reguladores federales podrán supervisar compañías financieras cuyo potencial quiebra pueda presentar un riesgo sistémico a la economía en general. Obama calificó el plan de "una transformación de escala no vista desde las reformas que siguieron a la Gran Depresión (en 1929)". El mandatario dijo que las propuestas fueron el resultado de consultas con líderes en el Congreso así como con reguladores, defensores de los consumidores, líderes de la iniciativa privada, expertos y académicos. Explicó que su gobierno busca un cuidadoso balance, estableciendo reglas que "permitan a nuestros mercados promover la innovación a la vez que se desalientan los abusos".