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Una alianza germano-austriaca de 10 proveedores de energía y servicios municipales presentó el miércoles una denuncia contra los subsidios al proyecto de la central nuclear de Hinkley Point en Reino Unido, uniéndose a Austria que también ha recurrido a la justicia.
Los demandantes, liderados por Greenpeace Energy, distribuidor alemán de energía verde, presentaron al igual que Viena la semana pasada la denuncia ante la Corte Europea de Justicia de Luxemburgo, según un comunicado.
Según ellos, los subsidios otorgados a los reactores EPR de Hinkley Point C, especialmente bajo la forma de un precio garantizado para la electricidad producida durante 35 años, pueden "distorsionar de forma masiva el mercado europeo de la energía y dar una ventaja competitiva a la energía nuclear" a expensas de las energías renovables.
Las subvenciones "desproporcionadas" otorgadas al proyecto, y aprobadas por la Comisión Europea, son "una ayuda pública ilegal", denunció Sönke Tangermann, director de Greenpeace Energy.
"Si otros países de la UE retoman a su cuenta, como previsto, el modelo británico de subvenciones para los proyectos nucleares, esto conllevaría a distorsionar los precios de hasta 12% en Alemania", argumentan los denunciantes.
De acuerdo con un estudio científico que encargaron, el precio garantizado por Londres para la electricidad producida por Hinkley Point sería, a 12 centavos de dólar por kilovatio-hora, tres veces mayor que el precio de mercado, y los subsidios totales ascenderían a 108.000 millones de euros (unos 118.000 millones de dólares).
El gobierno austríaco, ferozmente antinuclear, también está haciendo campaña contra el proyecto al considerar que amenaza la transición energética en curso en Europa.
El inicio de servicio de la instalación Hinkley Point C está previsto para 2023.