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La pregunta que nos hacemos los ciudadanos es si el gasto público es racional y adecuado. Y la respuesta de la mayoría es que NO.
Aunque la eficiencia de la administración ha mejorado enormemente en España en los últimos 30 años, aún existe una percepción general de que es francamente mejorable.
Yo voy a exponer mis propias reflexiones, que la lectura de los PGE me han sacado a la luz.
La primera pregunta que me hago es si sigue siendo necesario que la Administración Pública esté sujeta a la enorme serie de formalismos a la que está sujeta, estando como estamos en el siglo XXI. Me parece que así será muy difícil mejorar la eficiencia y la productividad que pienso que siguen siendo (insisto, aún habiendo mejorado mucho) muy mejorables.
Por ejemplo, creo que es muy difícil poder premiar al empleado público que da un mejor servicio o que ahorra gastos superfluos, y castigar de alguna manera a quien no rinda, incluso con el despido (un proceso cuasi imposible en el mundo público y que no tiene ningún sentido). Los empleados públicos han de ser gestionados de un modo más parecido a los privados. Han de ser pagados con salarios de mercado y premiados cuando hagan un gran trabajo o despedidos cuando no cumplan con los mínimos de productividad exigibles. Los ciudadanos, que somos los accionistas, por decirlo así, de la Gran Empresa Pública que es el Estado, debemos exigir que se use adecuadamente nuestro dinero. Si no se avanza en ese sentido, seguiremos pensando que el dinero que pagamos con nuestros impuestos no está todo lo bien gastado que debería estar. E incluso algunos encontrarán justificación moral para no pagar impuestos, como yo mismo he oido autojustificarse a muchos.
¿Para cuando un verdadero Presupuesto Base Cero en todas las Administraciones Públicas? ¿Y una gestión por objetivos? ¡Son técnicas que hace años que se usan en la empresa privada!
¿No hay nadie que piense que si gestionásemos mejor podríamos hacer mucho más con los más de 450.000 millones de euros de gastos público? ¿O lo mismo pero gastando menos? Yo sí que lo pienso.
Los PGE ya dan algunas pistas de ese esquema estructural de ineficiencia del que hablo. Voy a poner algunos ejemplos tomados tal como surgían en mi proceso de lectura:
Pido disculpas si este post me ha salido excesivamente politizado, pero vuelvo a insistir en que me guía el objetivo, quizás utópico, de hacer de nuestras AAPP más transparentes y eficientes, una Administración de la que todos lo ciudadanos estemos orgullosos.
Y acabo explicándole a mis lectores que esta preocupación me viene de lejos, pues mi tesis de licenciatura en la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESADE), allá en el año 1978 (si no me equivoco) se tituló «Aplicación de la técnicas de management a la gestión de municipios». Como ven, he sido siempre un soñador, pero somos los soñadores los que tiramos las primeras piedras que derriban los muros más gruesos.