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Los efectos del huracán Bud comenzaron a sentirse en el puerto de Manzanillo, donde se realiza la evacuación de personas en los sectores más vulnerables, y que fueron los más afectados con el paso del ciclón Jova, en octubre pasado. En Manzanillo, el Ejército mexicano activó el Plan DN-III-E, en su fase de apoyo a la población, donde participa en la evacuación de al menos 30 ancianos del asilo que se ubica en Valle Las Garzas, y que fueron trasladados a las instalaciones del Conalep, habilitadas como albergue de primer impacto. Tanto el Ejército como DIF estatal preparan alimentos calientes, cobertores y todo lo necesario para los ancianos y toda aquella persona que está siendo evacuada de zonas adyacentes al asilo. También en Manzanillo, la Capitanía de Puerto dispuso el cierre a la navegación en general, aunque las actividades en la Administración Portuaria Integral prosiguen con normalidad. Mientras tanto, en el balneario El Paraíso, municipio de Armería, las fuertes marejadas propiciaron el rompimiento de la boca del estero, por lo que los habitantes comienzan a salir, ante el riesgo de quedar incomunicados. Al mismo tiempo, los ramaderos retiran mobiliario y enseres de sus establecimientos, mientras que los pescadores aseguran sus artes de pesca, para evitar que sean arrastradas por el fuerte oleaje.