Pocas veces escribo, pero cuando lo hago es con el corazón, hoy es un día de esos, de alegría al enterarme del merecido reconocimiento en homenaje a Carlos Enrique Espada de la Vega, un médico humanista que se ha distinguido por su fidelidad de amigo, por sus valores humanos y al juramento hipocrático, a quien hace más de 15 años y por motivos de la distancia física, no he podido estrechar sus manos; aquellas que han ayudado y llevado a mejor calidad de vida, a cientos de personas.

 La alegría que recibí, no fue solo para mí, muchas de las personas que lo quieren pudieron acompañarlo ese día y celebrar con música mariachi, la que él siempre ha querido, el homenaje realizado el 28 de octubre a este incansable luchador y a otros 5 compañeros que trabajan en el Hospital de la Mujer de Culiacán.

Con la contagiosa sonrisa y positivismo que siempre lo ha caracterizado, Espada de la Vega recibió de manos de la Doctora Aida Naneth Zamora Lares, meritoria placa de Reconocimiento entre aplausos de familiares, invitados especiales y compañeros de trabajo.

El Doctor Espada, consultaba a mujeres de escasos recursos económicos sin cobrar un cinco, costeaba sus análisis clínicos y obsequiaba medicamentos

Espada de la Vega es un sinaloense orgulloso, un ser excepcional como ser humano y como profesional de la medicina, especializado como gineco obstetra, conocido por su larga trayectoria, distinguido por su fiel servicio, pertinaz constancia y dedicación durante 31 años.

Como médico, inicio su labor en 1990 a través de la secretaria de salud; ha trabajado en Hospital General de Culiacán, Seguro Social, y desde 2009 a 2022 en el Hospital de la Mujer entre otras importantes instituciones de la salud del estado de Sinaloa.

En medio de mi alegría, regresa un recuerdo, una anécdota que llevo en mi corazón, de cuando conocí al doctor Espada en 2004 en su consultorio privado; ahí me enteré que además de apoyarme con mis familiares, consultaba a mujeres de escasos recursos económicos sin cobrar un cinco, costeaba sus análisis clínicos y obsequiaba medicamentos. Su labor, legado y eterna generosidad se ha hecho conocida más allá de sus amigos y compañeros de trabajo, por eso todos lo estimamos y felicitamos por su merecido homenaje.

Con la contagiosa sonrisa y positivismo que siempre lo ha caracterizado, Espada de la Vega recibió de manos de la Doctora Aida Naneth Zamora Lares, meritoria placa de Reconocimiento

Por César Augusto Rincón González desde Colombia