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El actor y bailarín estadunidense Fred Astaire, quien revolucionó con su glamour y baile de tap en los años 30, continua vigente por medio de la entrega de los Premios Fred & Adele Astaire Awards, a 112 años de su natalicio. Los premios de este año, que consagran los logros más destacados en baile tanto en la temporada teatral de Broadway como en cine, se celebrarán el próximo 15 de mayo en el Skirball Center for the Performing Arts, de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos. El musical de Marc Shaiman y Scott Wittlan “Catch me if you can”, lidera las nominaciones con un total de seis candidaturas. Otros espectáculos musicales nominados son “The book of mormon”, “Wonderland”, “The Scottsboro boys” y “Bloody bloody Andrew Jackson”. Entre los actores y actrices que aspiran a obtener un galardón por sus habilidades en el baile y la actuación destacan Sutton Foster, Laura Osnes, Patina Miller, Daniel Radcliffe y Norbert Leo Butz, entre otros. Hijo de una familia de inmigrantes austriacos, Frederick Austerlitz, Fred nació el 10 de mayo de 1899 en la ciudad de Omaha, Nebraska, Estados Unidos, donde mostró desde pequeño su gran talento para la danza, por lo que asombraba al público desde las actuaciones escolares cuando apenas contaba con cuatro años de edad. En su adolescencia, debutó profesionalmente en el mundo del cabaret y el music-hall tras perfeccionar sus dotes como bailarín y coreógrafo en la Alvien School of Dance, para luego dar el gran salto a las tablas de Broadway, donde destacó al lado de su hermana Adele. Ambos acumularon éxito tras éxito, convirtiéndose en uno de los dúos de baile más famosos entre los aficionados a la comedia musical. Uno de sus admiradores era el aristócrata británico Lord Charles Cavendish, con quien su hermana Adele se casó en 1931 y por quien abandonó definitivamente el mundo de la danza. Ante este contratiempo, Fred determinó probar fortuna en Hollywood, donde luego de una audición se dijo: "no sabe actuar, no sabe cantar, está un poco calvo, sabe bailar un poco", lo cual no le presagiaba un halagüeño futuro. Sin embargo, consiguió debutar en un papel secundario en la película protagonizada por Joan Crawford y Clark Gable, "Alma de bailarina" (1932), de Robert Z. Leonard. Al año siguiente hizo pareja por primera vez con una rubia llamada Ginger Rogers en "Volando hacia Río de Janeiro" (1933), con la actriz Dolores del Río como estelar. Astaire y Rogers aparecían como actores de reparto, pero su número musical llamó la atención tanto al público que les propusieron encabezar el reparto de la cinta "La alegre divorciada" (1934), dirigida por Mark Sandrich. Ambos atrajeron entonces una la audiencia mundial en la década de los años 30 y varias películas más como "Sombrero de copa" (1935), "Roberta" (1935), "Sigamos la flota" (1936), "Swing Time" (1936), "Ritmo Loco", "Amanda" (1938) y "La historia de Irena Castle" (1939). En ese decenio, Astaire sólo intervino en una película que no contuviera a Ginger como partenaire: "Señorita en desgracia" (1937), de George Stevens. Justo al comienzo de los años 40, el artista decidió romper la pareja que tantos éxitos le había ofrecido y durante esos años protagonizó con diversas actrices otros magníficos trabajos. Con Eleanor Powell hizo "La nueva melodía de Broadway" (1940), con Paulette Goddard "Al fin solos" (1940), con Rita Hayworth "Desde aquel beso" (1941) y "You will never lovelier" (1942), con Joan Leslie "The sky"s the limit" (1943) y con Lucille Bremer "Yolanda y el ladrón" (1945). Junto al popular cantante Bing Crosby también apareció en dos exitosos títulos: "Holiday Inn" (1942) de Mark Sandrich y "Cielo Azul" (1946) de Stuart Heisler. A mitad de la década, Fred se retiró brevemente para dedicarse a la enseñanza del baile, pero retornó con la película de Charles Walters "Eastern Parade" (1948), con Judy Garland; luego con su pareja de antaño Ginger Rogers en "Vuelve a mí" (1949). Tras sus numerosas actuaciones, convertido en mito viviente, Astaire dejó de trabajar en el cine hasta cerca de su muerte, siendo las mejores películas en sus últimas décadas "Royal Wedding" (1951), con Jane Powell, y "Melodías de Broadway" (1953), con Cyd Charisse. Además, "Papá piernas largas" (1955) con Leslie Caron, "Una cara con ángel" (1957) con Audrey Hepburn, "La bella de Moscú" (1957) con Cyd Charisse, "The Pleasure of his company" (1961) con Debbie Reynolds y "El valle del arco iris" (1968) con Petula Clark. También se atrevió con papeles dramáticos en cintas como "La hora final" (1959) de Stanley Kramer o "El coloso en llamas" (1974) de John Guillermin e Irvin Allen, y por la cual fue nominado al Oscar como Mejor Actor Secundario. Su carrera cinematográfica tocó a su fin con la película de terror "Historia macabra" (1981). Unos años atrás y por su extraordinaria contribución al mundo del espectáculo, Astaire fue recompensado en 1949 con un Óscar honorífico. En 1954 había quedado viudo de su primera esposa, por lo que contrajo matrimonio por segunda vez con la amazona Robyn Smith en 1980, a la que dejó viuda el 22 de junio de 1987 cuando murió en su hogar ubicado en Los Ángeles, California, a los 88 años. En la actualidad, películas musicales en las que participó Astaire como "La bella de Moscú", forman parte de pequeños homenajes al género que en el que marcó todo una época el Séptimo Arte.