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Cambios psicológicos de la indolencia, la necesidad de adoptar medidas inmediatas,
COMO RECUPERAR LA VITALIDAD, PROTEGERSE Y NO CAER EN LA INDOLENCIA
Hay una serie de preguntas que permiten dilucidar ante una mala circunstancia que nos toca vivir, en qué condiciones nos encontramos cada uno de nosotros para recuperar la vitalidad y la energía, protegerse, y no dejarse avasallar por la indolencia.
Reconocer cuál es nuestro estado real
El cuestionario siguiente ayuda a comprender dónde estamos parados:
- ¿Nos levantamos temprano y con voluntad de encarar tareas?
- ¿Estamos atentos a las necesidades de otras personas?
- ¿Disponemos de una actitud positiva para enfrentar inconvenientes inesperados?
- ¿Somos pacientes para resolver divergencias?
- ¿Conservamos vínculos sociales desinteresados y enriquecedores?
- ¿Trazamos proyectos que estimulan nuestro interés?
- ¿Recurrimos a medicamentos, drogas o alcohol para luchar con la situación que nos hace daño?
- ¿Dedicamos demasiado tiempo a actividades sin utilidad?
- ¿Descuidamos nuestra salud y/o aspecto físico?
- ¿Sentimos habitualmente emociones negativas?
- ¿Confrontamos problemas sin barajar o pensar una posible solución?
- ¿Experimentamos resentimientos, odio o envidia hacia personas o grupos?
Si la mayoría de las respuestas entrañan negatividad, hay que adoptar medidas urgentes; demuestra que atravesamos por un estrés excesivo, conocido como síndrome de bournout o del “quemado”, que implica una actitud no solo altamente perjudicial para la salud psicofísica sino también paralizante.
Cambios psicológicos y medidas urgentes
Al plantearse un estrés continuado, sin acertar con salidas, se dan cambios psicológicos de cierta permanencia en las áreas cognitiva, emocional y conductual.
Se pierden la vitalidad, la percepción de un logro y la relación clara con la situación.
· Protegerse
Importa, entonces, esforzarse en preservar la identidad, en no dilapidar energía en la problemática y/o extraviar el interés en ella restándole legitimidad.
Reconectarse con la ilusión, identificar causas y efectos
El indolente no se ve conmovido por los que lo rodean, se rinde y se acostumbra al dolor.
· Ejemplos frecuentes
Pueden ser casos que deriven en indolencia una enfermedad incurable, médicos y/o enfermeras que no cuentan con recursos para curar a sus pacientes y la apatía de jóvenes con complicaciones conductuales.
Los estudios sobre bournout mostraron que los sujetos sometidos a este síndrome se adaptan a él con traumas; justifican su pesimismo y/o desprecio social o racial, se aíslan y poseen una pobre visión de la vida, ganados por el desconsuelo y el sufrimiento.
Cómo salir de la indolencia
1. Fijarse un régimen de vida sano, aún siendo conscientes que podemos habernos atado al problema. Hacer ejercicio, comer saludablemente, disminuir o eliminar sustancias químicas para lidiar con el insomnio y la ansiedad; para ello, hay que tratar con un profesional médico cómo afianzar nuestra personalidad y aprender a manejar obstáculos.
2. Escuchar más a los familiares, amigos, compañeros o trabajadores de nuestro ámbito; visitarlos y llamarlos.
3. Ser amables, saludar con una sonrisa.
4. Contactarse con la naturaleza, contemplar el cielo, la luna, un amanecer, un atardecer, el mar, los árboles y oír a los pájaros y al viento.
5. Cuidar los pensamientos; disolver ideas negativas con frases que provienen de la meditación y una mente plena; no desesperarse por cumplir expectativas ni autoevaluarse de continuo, sino abocarse a un enfoque constructivo.
6. Registrar las propias emociones y generar sentimientos de compasión hacia los otros, además de sobrecogimiento, paz, agradecimiento, perdón e inspiración.
7. No dar paso a la queja, cuidar lo que se habla.
8. No adjudicarle seriedad a ideas pesimistas; leer textos inspiradores y testimonios que ayuden a afrontar la realidad de modo constructivo.
· Ilusión, conexión con la vida, identificar causas y efectos
Lo indicado en los párrafos precedentes coadyuvan para reconectarse con la ilusión, la vida y el entorno social.
Pero, asimismo, se deben identificar causas y efectos; separar las contrariedades en partes, crear iniciativas y decisiones; no esperar que las cosas se remedien solas y desarrollar un plan posible de introducir el cambio.
Cómo salir de la indolencia
Fuente: Víctor Calzadilla
Psicólogo, diplomado en Psicología positiva. Consultor, investigador en psicología organizacional, profesor de postgrado, coach.