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El Comandante Chávez debe de estar muy mal donde se encuentre, al ver de nuevo transitar por las calles a los niños de la patria, como les llamó
No me crean, solo veanlos, ojerudos, algunos un tanto descuidados, otros hasta bien vestidos, algo raro está sucediendo con ellos, ya no son tan agresivos como la "camada anterior", ahora son decentes, piden permiso para interrumpir a los ciudadanos quienes incrédulos, rabiosos o induferentes, casi los ignoran, o le dan alguna dádiva para salir rápido de ellos. ?por qué han regresado a la calle los niños de la patria o de la calle?, en verdad no puedo dar una respuesta, pero si me atrevo a hacer alguna conjetura: en primer lugar, no creo que con los niños esté sucediendo, lo que sucede con los animalitos mascotas, que son lanzados a la calle por sus malos dueños. Éstos, pareciera ahora que piden porque tienen hambre, no se les ve pasta de delincuenyes, ni fuma drogas, ni huelen pegas, estos niños hasta saben pedir las cosas.
Encuentro inconcebible que un padre o una madre pueda lanzar a sus hijos a estas aventuras, sería el colmo de la sinverguensura de unos progenitores irresponsables y quienes exponen a sus hijos a cualquier peligro, honestamente yo los fusilaría, léase bien, los fusilaría y les quitaría el derecho sobre los niños y que el estado se encargue de ellos. !Qué está pasando Venezuela!, invito a las autoridades e incluso, que este mensaje le llegue al jefe del estado, porque el solo hecho de renacer este problema cuando prácticamente estaba extinguido, debe llamar a la reflexión de las máximas autoridades del país.
Los he visto en la Candelaria, donde por las tardes ahora puede usted observar a una masa de venezolanos incluyendo a los niños revisar la basura en búsqueda de comida, personas no mal vestidas como estabamos acostumbrados a verlas, y a quienes llamamos mendigos, no señor, estos de ahora no tienen pintas de mendigos, ni locos, quienes portaban un saco, de esos donde viene la papa, tener una barba muy larga, un paltó prehistórico, una gorra cualquiera, con la piel negra, no porque fuera de raza negra, sino de la acumulacuón de sucio, donde seguramente había más de un año sin recibir jabón, solo el agua de la lluvia, porque ese hermano vagaba por las calles llevando consigo su misedria, sin que nosotros le prestasemos la atención. Era pues un invisible en la ciudad, no señores, ahora no es así, ahora nuestros niños acompañan a sus padres a recojer la basura en procura de un buen bocado.
Pero este bocado no es suficiente, seguramente falta plata, para cubrir otros gastos, y los irresponsables de los padres los someten a esta tortura, en la cual, tarde o temprano toleran y aprenden a llevar esa vida triste y peligrodsa. He visto niñas de ocho, nueve, diez, y hasta más, pedir plata a los ciudadanos. En este mundo de locura no falta que los lobos humanos (que perdonen los animales) aparecen y las ven como un exquisito manjar a degustar, hasta que suceda la agresión brutal de un energúmeno contra una niña de la patria o de la calle.
No estoy mintiendo, los encuentro cada vez más en esta ciudad. Comenté tal vez dos años antes, mi sorpresa y alegría porque no veía niños de la calle, ahora con tristeza observo su retorno, es cierto que la situación de Venezuela está dificil, pero jamás una madre o un padre debe enviar a sus hijos al matadero, donde abundan cualquer clase de alimañas(que me perdonen las alimañas) en cacería. Presidente Maduro usted tiene la palabra.
Honre a Chávez quien puso todo el pecho y su voluntad de acabar con este flagelo.
Saludos Mario Díaz.
Gracias a Globedia por publicar este artículo