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Un vistazo al origen, desarrollo y legado de una de las colonias más emblemáticas y tradicionales del sur de la ciudad de México, como es Churubusco, ofrece la exposición Huitzilopochco-Churubusco. La muestra narra la historia de este lugar que en la época prehispánica fue un importante centro comercial de la Cuenca del Valle de México. El devenir del poblado prehispánico de Huitzilopochco (palabra que deriva del náhuatl huitzitzilin, "colibrí", y opochtli, zurdo o siniestro) es exhibido en 11 mantas monumentales dispuestas sobre la fachada sur del Museo Nacional de las Intervenciones, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta). Ese recinto albergado en el ex convento de Churubusco, fue construido en el siglo XVI en el barrio de Teopanzolco, sobre el teocalli o adoratorio dedicado al dios mexica Hiutzilopochtli. Colonos y visitantes de San Diego Churubusco pueden conocer, durante junio y julio, la forma de vida de los antiguos habitantes de la región, desde el período prehispánico hasta el momento de la Conquista, en 1521. El poblado de marcada influencia náhuatl a partir del siglo XV se destacó por ser un centro de tráfico mercantil que servía como puente en toda Mesoamérica. Según estudios etnográficos Huitzilopochco -vocablo que al castellanizarse se convirtió en Churubusco-, poseía uno de los tianguis más grandes de la Cuenca del Valle de México, gracias a los numerosos gremios de pochtecas o comerciantes, que se daban cita ahí con sus embarcaciones repletas de mercancías para ser introducidas posteriormente a la gran Tenochtitlan. Alrededor del actual ex convento de Churubusco existen una serie de vestigios arqueológicos que remiten a la etapa previa al contacto europeo, y hacen referencia al dios mexica del sol y de la guerra, Huitzilopchtli, que era representado como un colibrí azul, y del que el barrio hereda su nombre y simbología. El historiador Raymundo Alva, jefe de Comunicación Educativa del Museo Nacional de las Intervenciones, dijo que esta exposición es un medio ágil para difundir la cultura y tradición de la colonia de manera masiva. Un ejemplo de lo que se puede observar en la exposición son elementos de códices, representaciones de chinampas que eran usadas por los pochtecas en su actividad comercial, y algunas piezas de origen prehispánico talladas en piedra. Entre ellas figura un macehual o plebeyo y una Tonatzin, divinidad que representaba a la madre tierra, esculturas que forman parte del acervo permanente del museo. El diseño y planeación de la muestra estuvo a cargo de la antropóloga Enriqueta Cabrera Cuarón, directora del recinto, quien aseguró que fue un proyecto interdisciplinario en el que intervinieron los departamentos de Museografía, Comunicación Educativa, Investigación y Documentación. Raymundo Alva comentó que la respuesta del público con la presentación de este formato expositivo ha sido muy grata. "No sólo se acercan al inmueble a ver las mantas, sino que también sirven como una invitación para ingresar al museo y pasear por los jardines interiores del ex convento de Churubusco. Además, el hecho de no tener ningún antecedente de vandalismo nos llena de orgullo, respetan mucho lo que hacemos por la comunidad", agregó. La exposición temporal Huitzilopochco-Churubusco permanecerá hasta el 12 de julio, es gratuita y se ubica en las bardas perimetrales del conjunto conventual, es posible admirarla a cualquier hora y cualquier día de la semana, son imágenes e ilustraciones en alta resolución, impresas en telas de nueve metros cuadrados.