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La Compañía Nacional de Danza, que dirige Sylvie Reynaud, reescenificó hoy el espectáculo "Un cuento de ballet para niños", coreografía a cargo de José Luis González que habla de la imaginación y sentimientos en un reino de princesas. La obra, ofrecida en el Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris", en el Centro Histórico de esta ciudad, contó con una escenografía completa para los números de este hermoso cuento, en el que destacó notablemente la actuación de los bailarines. Fue una representación que no solamente la escenografía, música, actuación y vestuario le dieron un toque especial a este cuento de hadas, sino que también la iluminación fue parte esencial para darle el realismo necesario que impactó al público infantil y no tanto. Desde el inicio, los bailarines cautivaron al público por sus movimientos de ballet, acompañados por la narración de una niña que explicó la historia, un cuento situado en un hermoso castillo de un reino mágico donde vivía un rey con sus siete hijas. También está la reina, madrastra de las princesas, a quienes no ama, pues antes de casarse con el rey había sido una malévola bruja. Entre coreografías en las que las bailarinas mostraron su talento por medio de movimientos de alta complejidad, se mostró a unas princesas que esperaban con ansia a su amoroso padre. Pero un día el rey anunció a todo su imperio que a la primera hija en casarse daría toda su fortuna, lo que hizo despertar la avaricia de la reina, quien se propuso conseguir la fortuna, las joyas y el poder que implicaba el aviso. Así, puso en práctica su perverso plan, de que cada príncipe que se acercara al reino lo convertiría en guamo, un ser lleno de bolas, por lo que sus hijastras no tenían ninguna posibilidad de casarse. En este contexto apareció una hada, quien con su barita mágica podría ayudar a las princesas y conseguirles el anhelado amor de un príncipe. Al llegar un nuevo interesado, los demás príncipes convertidos en guamo le advirtieron que se fuera, pero el hada apareció para ayudarle al colocarle en su espada una pócima para que no fuera advertido por la reina, como los demás. De esta manera se enfrenta a la malvada bruja en un combate en el que el amor y la valentía fueron más fuertes que el mal, y así la familia real volvió a tener el amor y la tranquilidad, condiciones que se plasmaron en todo el reino.