¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Sociedad Mexicana escriba una noticia?
La tala ilegal de árboles, los incendios, aprovechamientos clandestinos y escaso apoyo al sector forestal, podrían provocar un colapso y ponen en peligro a los propietarios de bosques, consideró la CNC. El presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Cruz López Aguilar, mencionó que la actividad forestal tradicionalmente ha sido una de las menos apalancadas para su desarrollo, aunque se diga que sus recursos son de prioridad nacional. Indicó que los talamontes poco a poco han destruido la riqueza boscosa de México, los incendios provocados para la siembra de maíz y otros granos y, sobre todo, políticas equivocadas han colocado a este sector en una situación de abandono. En entrevista lamentó que los verdaderos dueños de la superficie forestal, que comprende a la mayoría de las etnias, tienen altos índices de analfabetismo y serios problemas de salud, debido a que el financiamiento para este sector y los mecanismos apropiados de apoyo siguen siendo insuficientes. Por ello, añadió, es necesario apoyar a los más desprotegidos del país, con el fin de lograr la equidad y la justicia social. Consideró que la planeación, rectoría y responsabilidad del sector forestal, ha estado casi siempre a cargo de funcionarios con escaso o nulo conocimiento en la materia. "El sector forestal tradicionalmente ha enfrentado múltiples problemas que van desde políticas equivocadas, el escaso apoyo institucional, hasta una opinión pública poco informada que considera que el corte de arbolado es un acto criminal, sin reconocer que también el bosque se cultiva para mejorarlo, incrementarlo y aprovecharlo en beneficio de sus dueños", insistió. Destacó que la superficie forestal del país es de 135 millones de hectáreas, de las cuales 56 millones están arboladas, con bosques y selvas, siendo solamente del orden de 6.4 millones las que están bajo aprovechamiento y con la autorización de la Semarnat. Esto significa, explicó, que la mayor parte de esta riqueza, donde también se incluyen los parques nacionales y áreas naturales protegidas, constituye una superficie que prácticamente no les representa a sus dueños beneficios directos tangibles. Estas, dijo, son las superficies más vulnerables a los agentes que ocasionan su destrucción como son desmontes o talamontes, incendios, aprovechamientos clandestinos, sobrepastoreo, plagas y enfermedades. Aseveró que la industria forestal, que en su mayoría es de carácter privado, acusa un gran rezago tecnológico y limitadas inversiones, debido entre otras causas a que casi siempre enfrenta problemas legales, burocracia y una incertidumbre en el abasto de materia prima.