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Rusia ridiculizó las acusaciones de que Vladimir Putin, presidente ruso, se viera implicado directamente en los ciberataques durante las elecciones presidenciales en EU.
"Es absurdo. Y algo absurdo no puede tener ningún fundamento", señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, tachó las acusaciones de "completa tontería" y consideró inútil intentar convencer a alguien de ello.
"Me quedé estupefacto cuando vi esa 'noticia'. No tengo nada que añadir", señaló.
Mientras, la Cancillería acusó a Washington de "paranoia", propia de otros tiempos, como la caza de brujas contra los elementos comunistas en EU lanzada en los años 50 del siglo XX por el senador Joseph McCarthy.
Las principales cadenas de televisión en EU, comunicaron que la inteligencia de la Unión Americana piensa que Putin estuvo directamente involucrado en la campaña de ataques cibernéticos rusos para intentar interferir en las elecciones ganadas por Donald Trump.
Entre otras cosas, los ciberataques provocaron el robo y la publicación de 20 mil correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC) y otros muchos mensajes de la campaña de la rival del republicano Trump en la carrera presidencial, Hillary Clinton.
Una reciente investigación de la CIA, divulgada la semana pasada, ya señalaba que esa y otras agencias de inteligencia han concluido que Rusia realizó ciberataques durante la campaña electoral no solo para desestabilizar, sino para ayudar a ganar a Trump.
En respuesta, Trump calificó de "ridícula" la conclusión de la CIA de que Rusia le ayudó a ganar el mes pasado las elecciones con esos ciberataques.
En su momento, Putin habló de "histeria" al referirse a las denuncias sobre la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales estadunidenses.
¿Acaso Estados Unidos es una república bananera? EU es una gran potencia. ¿Cómo puede Rusia influir en la elección del pueblo estadunidense?", se preguntó.
Añadió que es "una ocupación muy rentable" esgrimir la amenaza de "háckers, espías y agentes de influencia rusos" para ocultar la magnitud de los problemas reales que atraviesa la sociedad norteamericana.
Y acusó a Clinton de tratar de "desviar la atención" sobre el contenido de los mensajes divulgados por WikiLeaks con cortinas de humo como los supuestos ciberataques rusos.