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Era de esperarse, el mal servicio y la mala organización de LFC fue el mejor pretexto para que el gobierno aprovechara su oportunidad y aplicara su autoritarismo, ¿que pasará con los trabajadores?
En medio de la peor crisis y pobreza de las últimas décadas el gobierno de México, asestó “¡seco el mameyazo!” (como decimos en Chiapas) y decretó en días pasados la liquidación de la empresa pública luz y fuerza del centro (LFC) que abastece de electricidad a la capital y al centro del país, conjuntamente con este decreto y como verdaderos delincuentes aprovechando la euforia y distracción de que México clasificó para el mundial de futbol de Sudáfrica, la policía federal ocupó las instalaciones de la compañía, tomando por sorpresa a los trabajadores, esta acción se esperaba desde hace mucho tiempo, ya que ha sido uno de los objetivos del gobierno panista, tomar el control de empresas públicas para satisfacer fines personales y compromisos creados en campaña, en este caso los argumentos esgrimidos por el Sr. Felipe Calderón son que la empresa presenta “comprobada ineficiencia operativa y financiera”, tiene un pasivo laboral de 240 mil millones de pesos y sus costos “casi duplican a sus ingresos por ventas”, sin embargo esta ineficiencia también es culpa del gobierno quien detectó desde hace mucho tiempo estas fallas y no hizo nada por solucionarlas o exigir en su momento eficiencia operativa y administrativa, simplemente dejó que avanzara para madurar su plan perverso. En el decreto, afirma que desde su creación LFC “no ha cesado de recibir transferencias presupuestarias cuantiosas, las cuales lejos de disminuir se han incrementado en los últimos años”, esas transferencias, dijo Calderón, entre 2001 y 2008 aumentaron en más de un 200 por ciento, lo sorprendente de esta acción es el hecho de que se ha visto una gran eficiencia por parte del gobierno para desmantelar esta empresa con la mayor prisa y por otro lado la gran disponibilidad para utilizar recursos económicos de donde sea para salir pronto de su atropello, me gustaría preguntarle a nuestros gobernantes si ¿hubo un consenso para realizar esta acción? ¿con quien fue?, ¿consideraron a los trabajadores para una mejor solución? ¿Cuáles son las reales intenciones u objetivos de nuestros gobernantes con esta empresa?, posiblemente me quede con la eterna duda, porque el presidente del empleo, no nos aclaró en su cacareada campaña que sus promesas, mas bien eran disminuir el empleo (ya lo hizo con la secretaria de turismo, agraria y de economía), incrementar la pobreza, fortalecer al narcotráfico, hacer un país violento, incrementar la corrupción, y poco a poco vender al país.
Todas estas acciones me hacen recordar al gobierno de Victoriano Huerta en 1913, quien sin gran capacidad para negociar con los insurrectos de aquel entonces, consideró que no había alternativa más que la de aplastarlos militarmente. Hay que recordar que Huerta, buscó militarizar la burocracia, las escuelas y universidades, desde profesores hasta alumnos, a imagen y semejanza de las repúblicas y monarquías castrenses. (Actualmente el Sr. Felipe Calderón ha dado privilegios a los militares ¿para tenerlos de su lado quizá?) Como todo militar acostumbrado a dictar órdenes, durante los diecisiete meses de gobierno, Huerta asumió perfiles de un dictador, y precisamente el 10 de octubre pero de 1813, Huerta tomó la decisión de disolver el Congreso de la Unión y arrestar a todos los diputados considerados enemigos de su gobierno. La selección de los enemigos se llevó a cabo en el acto y de una manera arbitraria. El 10 de octubre, a las tres de la tarde, al llegar los diputados a la sesión vespertina, encontraron un batallón policiaco en el interior de la Cámara, mientras que afuera estaban apostados numerosos elementos del ejército. El secretario de Relaciones Exteriores fue designado para anunciar la resolución tomada por el gobierno. Apenas se abrió la sesión, el secretario Querido Moheno, visiblemente agitado, pidió a los diputados que anularan los cinco puntos que habían acordado en la víspera, ya que a su juicio constituían una injerencia en las atribuciones del poder judicial. Los diputados, a su vez, exigieron que la policía y las tropas se retiraran de la Cámara. El secretario se negó y nadie cedió. En vista de ello, Moheno leyó el decreto redactado por la mañana que contemplaba que la Cámara de Diputados quedaba disuelta. Hoy la reencarnación de Huerta en Calderón realiza la misma acción arbitraria en contra de los trabajadores de LFC, no nos sorprenda que en poco tiempo el país esté militarizado y amedrentado porque la cúpula de gobierno y su autoritarismo dictatorial así lo dispusieron.
¿que va a pasar con las 60, 000 familias que dependían de esta empresa? ¿Quién sigue ahora? ¿La UNAM, el POLI y el IMSS?
Y tengo otras preguntas que me preocupan ¿que va a pasar con las 60, 000 familias que dependían de esta empresa? ¿Quién sigue ahora? ¿La UNAM, el POLI y el IMSS? ¿CFE?, bueno, creo que podemos esperar todo.
Reenvía esta nota y recordemos la historia, que es la única forma que da fe de los malos gobiernos.