¿Cuál es realmente, el problema con la falta de fe?

Las operaciones humanas y las relaciones de todo tipo se basan en la confianza. La expectativa de honestidad y franqueza es el pilar de las amistades, los matrimonios, las familias, las empresas, los equipos y las cruzadas. El honor mutuo de los que están en estas relaciones suele ser seguro y protegido por todos y cada uno. La mayoría de nosotros conocemos el lema “¡Todos para uno y uno para todos!” de los Tres Mosqueteros. En nuestro mejor estado de ser, todos vivimos de esta manera.

Está abierto. Se espera que los cambios de afinidad o amor, de estado o afiliación se comuniquen a medida que ocurren. Que incluso si hay cambios en el progreso de nuestras vidas, tendremos el coraje de decirles a los demás involucrados, no solo la tranquilidad y la esperanza de que no nos atrapen. Curiosamente, el daño no es solo para la persona traicionada, sino para el traidor en sí mismo, ya que, ¿cómo son realmente fieles a sí mismos? Invitar a otra persona a confiar en usted, incluso si no se hacen promesas, conlleva responsabilidad. La traición tras la confianza es degradante para el traidor, y esa mancha del espíritu se extiende.

“Los problemas de mala conducta sexual no son nuevos. La poderosa religión budista en la India se desvaneció en el siglo séptimo. Según sus propios historiadores, la causa fue la promiscuidad sexual en sus monasterios”. L. Ronald Hubbard.

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