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Sicológica el tipo de violencia doméstica entre inmigrantes

09/06/2009 07:10 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Los hispanos inmigrantes evitan golpear a sus mujeres porque le temen a la policía estadounidense, pero ejercen violencia doméstica de manera sicológica, utilizando las leyes de pretexto para acorralar a su víctima, a través de los hijos, expuso la doctora Belitza Contreras. Entrevistada durante la presentación de su libro "Violencia doméstica. A la latina", la abogada venezolana aseguró que con marcada frecuencia los hombres, en especial los mexicanos, atemorizan a sus esposas con las restricciones legales que existen en Estados Unidos para separar al padre del hijo y/o sacare a éste del país. La especialista, que asiste a víctimas de violencia doméstica en cortes de Illinois, afirmó que un elevado número de mujeres niegan padecer esta situación porque no hay golpes, pero viven aterradas por amenazas y humillaciones que son parte de un abuso sicológico más constante. Contreras presentó su libro en el marco de las festividades anuales de la Federación de Michoacanos. Expresó que la violencia doméstica es producto de una "tradición social" que se puede combatir únicamente con una reeducación masiva, rescatando el papel de la paternidad que educa con el ejemplo. Destacó que en las familias hispanas de Estados Unidos, un factor adicional para la descomposición de la relación familiar es la adopción de la dinámica de este país en los hogares, lo que lleva a los padres a trabajar todo el día fuera de casa, descuidando a los hijos y favoreciendo la creación de generaciones de pandilleros y prostitutas. "La primera diferencia cultural es la cantidad de hijos, ya que por cada anglosajón nace uno, y por cada hispano nacen ocho. Después está el que en este país hay programas de ayuda que no existen en nuestras naciones de origen y los padres latinos delegan toda la responsabilidad de sus hijos a esos programas", dijo. En tanto, en la presentación de su libro relató que después de tres años de matrimonio y 15 de ejercer la abogacía, en 1999 fue agredida físicamente por su marido sin encontrar más apoyo que el de su familia, "yo no había crecido en un hogar violento y por eso fue más fácil para mi decidirme a escapar de esa situación". Pero su peor desilusión fue descubrir complicidad en las instituciones públicas de su país "que custodian el laberinto de la violencia doméstica", hecho que se reproduce en todos los países latinoamericanos, expuso. "De ahí surgió mi interés por investigar por qué en nuestras naciones no hay protección contra la violencia doméstica y se sigue viendo como un asunto que sucede y se resuelve entre cuatro paredes", dijo. Su trabajo la llevó más y más atrás en la historia para descubrir en códices y leyes el origen de lo que llama una "tradición social". "A lo largo de la historia de la humanidad se registran leyes hechas por los hombres para los hombres, pero no para las mujeres", sentenció. Como parte de la investigación que plasmó en su primer libro, indicó que en el mundo, más de cinco mil millones de personas de diferentes religiones y culturas sufren violencia doméstica. Los hombres son responsables del 90 por ciento de los casos de violencia doméstica, y el 10 por ciento restante pertenece a mujeres que la imponen en sus hogares, "son esquemas heredados en el hogar y validados en nuestras sociedades, por eso a nadie se le puede llamar culpable". Desde la lapidación de las mujeres que cometen adulterio en países musulmanes, práctica que sigue vigente, hasta el uso como objeto sexual de la imagen de la mujer en la publicidad, la violencia doméstica está protegida por una estructura creada y alimentada por el hombre para que no sea derrumbada, añadió. "Si las mujeres no nos hacemos respetar, nadie nos va a respetar", sentenció Contreras. Enfatizó que escribió el libro como un instrumento para ayudar a las hispanas a enfrentar la violencia doméstica. "No lo hice para presumir, yo necesito llegar a las familias, en particular en este momento a las familias inmigrantes hispanas, y ayudarlas a romper ese esquema que están heredando a las nuevas generaciones", concluyó.


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