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El músico, compositor y actor Dámaso Pérez Prado, figura indiscutible del mambo, género que lo mantiene vigente en la escena musical con temas como "Mambo Nº 5", hubiera cumplido este viernes 93 años. El artista de origen cubano es recordado por las nuevas generaciones, que interpretan los éxitos de Pérez Prado: "Mambo Nº 8", "Qué rico mambo", "Norma, la de Guadalajara", entre otros, como la Banda Sinfónica de la Universidad Ricardo Palma, de Lima (Perú). En el marco del 40 aniversario de esa casa de estudios, la Banda Sinfónica, bajo la dirección de Felipe Ubillús y Rosario Púñez, se presentó el 19 de noviembre pasado en el Centro Cultural Ccori Wasi, donde ofreció una selecta muestra de su repertorio, que incluyó temas de Dámaso. La agrupación interpretó "Mambo Nº 5" y "Mambo Nº 8", que combinó con temas clásicos como los de Jean Sibelius, Giuseppe Verdi y Glenn Miller, mismos que se incluyen en el disco de la banda, junto a la canción "Norma, la de Guadalajara", de Pérez Prado. "El Rey del Mambo", llamado así por sus aportes a este género y por ser su máximo exponente, nació el 11 de diciembre de 1916 en Matanzas, Cuba. Estudió música en su país natal y trabajó en diversas orquestas en La Habana en los años 40. Fue también durante un corto periodo pianista de la Sonora Matancera y de la Orquesta Casino de la Playa. En 1948 cambió de residencia a la Ciudad de México. Al poco tiempo formó una orquesta con la instrumentación de las grandes bandas de jazz, adicionada con la percusión afrocubana y creando el sonido que fue desde entonces su sello y con el que originó el estilo del mambo. En este país estuvo trabajando con la compañía RCA Víctor. Por su habilidad como pianista y su conocimiento a fondo del teclado, ha sido considerado por expertos críticos uno de los mejores en el género de la música popular. Su interpretación de la célebre pieza "El Manicero", de Moisés Simons, es única en su clase, con acompañamiento de ritmo y bongó. Como compositor conoció muy bien el manejo de la partitura, de ahí el nacimiento de piezas como "Mambo en sax", "La chula linda", "Silbando mambo" y "Mambo de París", entre otros. Desde ese momento, este ritmo se convirtió en la gran atracción de la época, para formar parte de la escena popular con temas inspirados y dedicados a personajes comunes. A principios de la década de los años 50, el éxito del mambo fue rotundo y la vida personal y musical de Pérez Prado vivió siempre ligada a éste, a pesar de sus esfuerzos por crear y popularizar otros géneros, como el suby o el dengue. Su éxito con el mambo fue tan grande, que terminó por filmar una película que se llamó "Al son del mambo", la cual se realizó en Cuba y México. El músico Benny Moré se unió a su orquesta, contratado para amenizar un baile en un club nocturno en Los Angeles, California. El éxito fue tan grande que lo firmaron para hacer una gira por Estados Unidos. La compañía RCA lo contrató como artista exclusivo y el Cha de Irán le dio una chequera en blanco para inundar el mundo entero del ritmo que creó, y en un corto periodo escribió tantos mambos que empezó a enumerarlos. Entre sus composiciones más conocidas están el "Mambo No. 5" y el "Mambo No. 8", tras la creación de los que llevan los números anteriores a éstos. Además, Pérez Prado fue el primer artista latino en colocar un tema en el número uno del "Billboard Chart" estadunidense durante 26 semanas, se trata de "Cerezo rosa". Entre los músicos famosos que pasaron por la orquesta de "El Rey del Mambo" se cuentan: Benny Moré, Johnny Pacheco, Mongo Santamaría, René Bloch, Patato Valdez, Cándido, Ray Barreto, Maynard Ferguson, Shorty Rogers y Doc Severinsen, por citar algunos. Los cronistas de la época aseguraron que Dámaso no sólo influyó a los músicos nacionales, sino que también gatilló un estilo, con un "look" de bigote recortado y muchos cuellos almidonados. Su figura comenzó a ser familiar para el público y se le apodó el "Cara de Foca", tras una ocurrencia de Benny Moré, quien dijo que" el mambo fue creado por un chaparrito con "cara de foca". Pérez Prado adquirió la nacionalidad mexicana en 1980, y pasó los últimos años de su vida como ciudadano del país que lo acogió y lo lanzó a la fama. El creador de "La chula linda", "Caballo negro" y "El ruletero", entre otras creaciones que hizo éxito a ritmo de mambo, falleció en Estados Unidos el 14 de septiembre de 1989, a los 73 años. Sin embargo, su legado musical continúa vigente en la cultura popular latina que lo ha internacionalizado aún después de muerto con diversas de sus composiciones en programas como "Los Simpson" o películas de cineastas famosos como el español Pedro Almodóvar, "Kika". En 1999, el cantante Lou Vega revivió el tema "Mambo No. 5", con un "cover" que lo llevó a colocarse en los primeros lugares de popularidad en las listas de Reino Unido, además de lograr el reconocimiento a nivel mundial. Asimismo, su hijo, Pérez Prado Jr., continúa la música de su padre al lado de la Pérez Prado Orquesta, que hoy en día realiza diversas presentaciones.