La anciana estaba llorando, al principio en voz baja, y luego más fuerte, ya que tenía certeza de dónde iba a ir. Jadeando, decía "¡No! ¡No!". Lo mejor que pudo antes de romper en susurros y gritar "Por favor, por favor no…" De todos modos, la ataron a una silla de ruedas y la llevaron a una habitación que recordaba demasiado bien. Una habitación que decía que era para terapia, pero en realidad era para torturar. Terapia electro convulsiva, electroshock. 

Ella vivía en un hogar de ancianos en los Estados Unidos de América, y había estado triste cuando no se le permitió casarse con su novio. No es una gran pasión, solo un hombre cuya compañía hizo sus días más felices. La familia del hombre lo trasladó a un hogar diferente.

La receta para arreglar su tristeza fue la Electroshock. Voltios y voltios de electricidad fueron forzados a pasar a través de su cerebro, causando conversaciones, desgarrando su frágil cuerpo en espasmos agonizantes. Los psiquiatras torturaron a mi abuela.

Segundo viaje de vuelta por el mismo pasillo, supo lo que estaba a punto de suceder y estallo el terror. Una sensación de estar totalmente abrumada y abandonada. Después, su cuerpo le dolió durante días, y se lastimó donde las correas que la sujetaban hasta moretearle la carne. 

Ella no se recuperó y nunca estuvo enferma. Estaba triste por una pérdida.

La terapia de choque es tortura. Puede matar "Tu propia felicidad puede volverse tragedia y pesar a causa de la deshonestidad y la mala conducta de otros", L. Ronald Hubbard.

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