A los tiros penales en el fútbol con frecuencia, se asocian a la suerte como un juego de lotería, como algo azaroso.

 Los penaltis, también conocidos como ‘pena máxima’ en el fútbol, suponen el lanzamiento sin barrera desde una distancia prefijada (11 metros) De esta manera el equipo que tira los penales tiene una oportunidad de marcar gol, ya que sólo cuenta con la oposición del portero del equipo contrario.

¿Pero cual es la ciencia detrás de cobrar un tiro penal?

 En primer lugar, el tirador de penaltis tiene a su disposición dos estrategias para lanzar: 1) Decidir según la acción del portero, en dependencia del lado hacia el que se lance, el jugador ajustará el tiro hacia el otro lado; b) el tirador escoge previamente su estrategia: izquierda, derecha o centro; tiro al larguero o raso, independientemente de lo que haga el portero.

¿Puede haber una mayor probabilidad de que el balón entre a la red en función de dónde disparemos?    Un análisis publicado en 2012 por el The Telegraph mostraba que el mayor porcentaje de goles durante los penaltis se lograba tirando ajustado al palo izquierdo de la portería. Por otro lado, el número más bajo de goles se obtenía disparando al centro.

 No existe método que le indique al portero la decisión estratégica del tirador. Científicos interesados en este tema han estudiado lo que ocurre durante «la patada de tiro penal» y las reacciones de los porteros. En las investigaciones han encontrado que el cobrador de un tiro penal trata de disfrazar el tiro. No obstante, a partir de algunos indicios que observa en el adversario, un portero con experiencia y bien entrenado puede anticipar en ocasiones la estrategia del tirador. Estos indicios ocurren en una fracción de segundo antes de que sé de el golpe. El ángulo del pie con el que va a tirar o por la posición de la pierna que mantiene fija son los actos que pueden servir para delatar la dirección del balón. Un factor importante es la vista, los estudios muestran que los ojos de los novatos giran por todo el lugar y echan vistazo al cuerpo, piernas y brazos de los tiradores. En cambio, los jugadores expertos se concentran solo en las piernas.

La velocidad es un factor importante y suele oscilar entre los 18 y los 40 metros por segundo. Según cálculos publicados en Wired, Por otro lado, un portero necesita una décima de segundo (0, 1) para procesar mentalmente la acción del disparo y otra décima más para enviar al cuerpo la orden de lanzarse. Después, el cuerpo tiene que ejecutar los movimientos, finalmente, los músculos del portero siguen una secuencia de contracción y estiramiento, todo lo cual necesita siete décimas de segundo más. En total, 0, 9 segundos.

Teniendo en cuenta la velocidad del disparo y la aceleración del portero, los guardametas disponen de menos de un segundo para “volar” hacia la posición del disparo y tratar de parar el balón.

Otros factores, como la forma y el ‘vuelo’ del balón, así como, la teoría de juegos, influyen notablemente en los penales. La ciencia de los penaltis muestra cómo ser portero es una de las tareas más complicadas en el fútbol debido a todos estos datos. No obstante, en el caso del tirado también es una tarea difícil como explica el científico Kevin Leyton-Brown, de la University of British Columbia, para el Daily Mail que jugadores como Iker Casillas, Leo Messi o Cristiano Ronaldo cuentan con una gran racionalidad a la hora de decidir su lanzamiento.

Todos los grandes jugadores de fútbol realizan estas acciones sin conocer estos datos científicos y esto es gracias al duro entrenamiento y un toque de virtud. Tanto el portero como el tirador experto saben perfectamente que el secreto del éxito está en el orden y la postura.