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Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) ampliaron su zona de influencia en Irak y Siria, tras la conquista el jueves de la histórica ciudad siria de Palmira días después de la iraquí Ramadi.
Asimismo, en el marco de esta ofensiva, el EI se hizo el jueves con el control del último puesto fronterizo entre ambos Estados, que todavía estaba en manos del régimen sirio.
La caída de Palmira, y de su sitio arqueológico de más de 2.000 años inscrito en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, hace temer por sus templos y torres funerarias, tras la destrucción de varios tesoros arqueológicos en Irak a manos de los yihadistas.
"Los combatientes del EI están en todos lados en Palmira", dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El régimen sirio reconoció su derrota al asegurar que las tropas leales a Damasco "se retiraron tras la entrada de un gran número de terroristas del EI".
Con la toma de este oasis situado en el gran desierto sirio fronterizo con Irak, el EI se hace con el control de la mitad de Siria y amenaza Homs, la tercera ciudad de este país en guerra desde 2011, según una oenegé y expertos.
A pesar de la campaña aérea desde 2014 de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos en Irak y en Siria, este grupo extremista sunita, que declaró en junio de ese año un califato en las zonas bajo su control, registró varias victorias estos últimos ocho días.
- 'Pérdida para la humanidad' -
El grupo Estado Islámico, que apareció en la guerra en Siria en 2013, reivindicó en Twitter la toma de Palmira, situada en la provincia central de Homs.
Las imágenes de Palmira difundidas por los yihadistas muestran camiones del ejército destruidos y cadáveres al borde de la carretera.
Desde su inicio el 13 de mayo, la batalla de Palmira ha dejado casi 500 muertos y ha obligado a una parte de los habitantes a abandonar sus hogares, según el OSDH.
Un activista originario de esta localidad siria, contactado por Facebook, explicó que los yihadistas registraban las casas en busca de personas leales al régimen sirio de Bashar al Asad e impedían a los habitantes salir. La electricidad continúa cortada.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, instó de nuevo a Naciones Unidas a actuar, ya que "toda destrucción en Palmira sería no solamente un crimen de guerra, sino también una enorme pérdida para la humanidad".
Tras tomar Palmira, el EI controla "ya más de 95.000 km2 en Siria, el 50%" del territorio, según el OSDH.
El grupo controla de hecho la mayor parte de las provincias de Deir Ezzor y Raqa (norte), y mantiene una fuerte presencia en Hasaka (noreste), Alepo (norte), Homs y Hama (centro). Asimismo, se han apoderado de casi todos los campos petrolíferos y gasísticos en Siria.
- Progresión yihadista al este de Ramadi -
Según el geógrafo especialista de Siria, Fabrice Balanche, "la toma de Palmira abre la ruta hacia Damasco y Homs", así como "hacia Irak, Al Anbar y Ramadi". "El EI crea una continuidad geográfica con Irak a través de la estepa siria", añade.
Del otro lado de la frontera, el EI continuó su ofensiva tomando posiciones gubernamentales en Husayba, al este de Ramadi, según responsables.
A partir de estas posiciones defensivas, las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por milicias chiitas, debían lanzar su contraofensiva para retomar Ramadi.
Al evocar la pérdida de Ramadi y antes de conocerse la toma de Palmira, el presidente norteamericano Barack Obama estimó que Estados Unidos no perdía el combate contra el EI, pero que éste podría llevar "varios años".
Por su parte, las fuerzas armadas estadounidenses reconocieron por primera vez la muerte de civiles en los bombardeos que dirige en Irak y Siria, al admitir que dos niños murieron en un ataque en noviembre de 2014 cerca de Harem, en Siria, contra el grupo extremista Jorasan.