La Federación de Fútbol turca anunció este martes que despidió a un grupo de 94 funcionarios, incluyendo a varios árbitros, tras el golpe de estado fallido del pasado 15 de julio, que intentó derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan.

"Nuestra federación consideró que era necesario despedir a 94 personas, incluyendo árbitros con grado regional y nacional y asistentes réferi, miembros del comité regional de arbitraje y a observadores tanto nacionales como regionales", dijo en un comunicado la Federación de Fútbol de Turquía.

Después del intento de golpe, en Turquía hay una persecución implacable de simpatizantes, reales o imaginarios, del predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos pero a quien Ankara responsabiliza por el intento de derrocar al gobierno.

El comunicado de la Federación no dio más precisiones, pero el diario Hurriyet informó que uno de los afectados era un directivo activo de la Superliga, sin mencionar su identidad.

El delantero internacional alemán de origen español, Mario Gómez, máximo goleador en el campeonato turco la pasada temporada anunció la semana pasada que dejará al Besiktas de Estambul, una temporada después de su llegada.

Todos los miembros de los comités afiliados a la Federación de Fútbol habían renunciado durante el fin de semana para permitir una inspección de seguridad y descartar vínculos con el movimiento de Gülen.

En la noche del intento de golpe de Estado, la televisión turca mostró imágenes de un helicóptero secuestrado por los conspiradores aterrizando en el estadio del Besiktas.

El presidente de la Federación, Yildirim Demiroren, indicó que todos los partidos y los compromisos internacionales van a jugarse, tal y como estaban previstos antes del golpe.