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El jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, de regreso en Ankara por primera vez desde el golpe de Estado fallido, presidió este miércoles una reunión del Consejo de Seguridad nacional de casi cinco horas, mientras sigue la purga de opositores.
Erdogan había advertido ante sus simpatizantes en Estambul que tras la reunión haría un anuncio "importante", mientras que decenas de miles de personas se han visto afectadas por la purga tras la intentona golpista, que también dejó más de 300 muertos.
Aunque la identidad de los responsables del golpe siga siendo incierta, el sospechoso de ser el principal ejecutor es el general Akin Oztürk, máximo responsable del ejército del aire, y actualmente en prisión a la espera de ser procesado.
Erdogan se encontraba en el momento del levantamiento en la estación balnearia de Marmaris (suroeste) y regresó precipitadamente a Estambul, donde permanecía desde entonces.
Los acontecimientos han fortalecido la imagen del dirigente en su bastión, Estambul, que bajó en masa a las calles para apoyarlo, al igual que en otras ciudades como Ankara o Izmir (oeste).
Un responsable turco indicó a FP que el presidente había llegado a Ankara el martes por la noche, donde recibió, por primera vez desde el intento de golpe, a un dirigente extranjero para una reunión bilateral: el primer ministro georgiano, Guiorgui Kvirikashvili, simbolizando la vuelta a la normalidad institucional.
El hombre fuerte de Turquía dirigió en el palacio presidencial un consejo de seguridad nacional que duró casi 5 horas, antes de presidir un consejo de ministros tras el cual se debería publicar un comunicado, según la agencia de prensa progubernamental Anadolu.
La capital vivió de lleno el intento de sublevación militar, con helicópteros y cazas volando bajo y bombardeando partes del Parlamento y de la sede de la policía. Los alrededores del palacio presidencial también fueron atacados.
Cinco días después del golpe fallido, unas 55.000 personas, principalmente policías y docentes, fueron suspendidas o despedidas, según un recuento de AFP a partir de cifras oficiales y de los medios turcos.
Por otro lado, más de 9.000 sospechosos fueron detenidos o arrestados provisionalmente, aunque no estaba claro si éstos se contaban dentro de los cerca de 55.000 o no.
Un nuevo balance oficial elevaba los muertos a 312 durante el motín, la mayoría civiles.
Ankara, por lo demás, extiende su purga al ejército, la policía, el estamento judicial y la educación.
La aviación militar turca intentaba detener este miércoles a dos naves de la guardia costera se dirigían rumbo a aguas territoriales griegas, cinco días después de un golpe fallido, anunció la agencia de prensa Dogan.
Los aviones emprendieron "una operación contra dos naves guardacostas turcas, que intentan cruzar rumbo a aguas territoriales griegas", según Dogan. Por el momento se ignora quienes están a bordo.
Este miércoles por la mañana, el Consejo de Enseñanza Superior (YÖK) turco prohibió a los profesores universitarios los viajes de trabajo al extranjero.
Asimismo, el YÖK urgió a las universidades que tienen profesores fuera de Turquía a que los hagan regresar al país lo antes posible, salvo "necesidad imperiosa".
Este miércoles, el ejército volvió a bombardear posiciones de los rebeldes kurdos del PKK en Irak.
El martes, las autoridades habían pedido la dimisión de más de 1.500 decanos de la universidad y había suspendido a 15.200 empleados del ministerio de Educación sospechosos de estar ligados al predicador Fethullah Gülen, acusado por el gobierno de ser el instigador en la distancia del levantamiento, aunque este lo ha desmentido formalmente.
Además, el Alto Consejo de Radio y Televisión turco (RTÜK) anunció que había retirado las licencias a una veintena de cadenas de televisión y radio cercanas a Gülen, es decir, los medios vinculados a FETÖ/PDY, acrónimos del movimiento del clérigo.
"Casi a diario se toman nuevas medidas que son contrarias a un modo de actuación respetuoso con el Estado de derecho", declaró a la prensa Steffen Seibert, portavoz de la canciller alemana, Angela Merkel, en referencia a las represalias de Erdogan.
Estados Unidos, por su parte, apoya totalmente los esfuerzos de Turquía por sofocar el intento de golpe, dijo este miércoles el secretario de Estado, John Kerry.
Kerry, acompañado por varios de sus homólogos de países aliados, volvió a insistir en el apoyo de Estados Unidos al gobierno de Erdogan.
A causa de la situación, la agencia de calificación financiera SP Global Ratings anunció este miércoles que había rebajado un escalón la nota soberana de Turquía (de BB+ a BB) por el período de incertidumbre que se abre tras el golpe de Estado fallido.
Por otro lado, el futbolista alemán del Besiktas, Mario Gómez, anunció que dejaría su equipo estambulita por la "situación política" de Turquía.
Las autoridades turcas bloquearon, además, el acceso al sitio Wikileaks este miércoles, tras la publicación de casi 300.000 correos electrónicos de responsables del Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP, islamoconservador), en el poder en Turquía.