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El presidente Barack Obama urgió hoy al sector bancario a redoblar esfuerzos para ampliar los créditos a las pequeñas empresas, tras insistir que ello es vital para reconstruir la economía de Estados Unidos. El mandatario dejó en claro a los directivos de los 12 mayores bancos del país su intención de empujar la aprobación de la reforma del sistema financiero que se discute en el Senado y que el sector bancario rechaza. En un discurso pronunciado en la Casa Blanca, Obama dejé en firme su intención de confrontar cualquier intento de Wall Street para dar al traste con la ley, aprobada ya por la Cámara de Representantes. "Si ellos desean pelear una protección del consumidor que tiene sentido común, esa es una batalla que estoy más que dispuesto a tener", dijo Obama ante reporteros tras una reunión privada con los directivos. El mandatario se dijo confundido por la disposición mostrada por los banqueros para trabajar a favor de la legislación, indicando que sus palabras no reflejan la actitud del sector. "El problema es que existe una enorme brecha entre lo que escuché aquí en la Casa Blanca y las actividades de los cabilderos a nombre de estas instituciones o asociaciones a las que pertenecen", dijo. De acuerdo con la Casa Blanca el sector bancario ha destinado unos 300 millones de dólares para financiar la campaña de cabildeo en el Congreso con el propósito de descarrilar esta iniciativa. El mandatario precisó que su intención no era satanizar a los banqueros, ni manejar sus operaciones o dictar sus prácticas de compensación. "Mi trabajo es asegurar que los consumidores y la economía queden protegidas de la especulación y prácticas depredadoras, que el crédito fluya, que los negocios pueden crecer y los empleos sean creados al paso que necesitamos", dijo. Obama recordó que muchos de estos bancos han podido emerger de la crisis gracias a los fondos que recibieron al amparo del Programa de Alivio de Bienes en Dificultades o TARP. El programa dotado con 700 mil millones de dólares probó ser altamente impopular por la noción de que el gobierno estaba recompensando a las mismas instituciones responsables de la crisis financiera. Obama dijo que su mensaje a los banqueros fue "que nosotros esperamos un extraordinario compromiso de su parte para ayudar a reconstruir la economía". Para ello, el mandatario consideró que los bancos deben explorar nuevas avenidas para ampliar el acceso a crédito para las pequeñas y medianas empresas y abrir la puerta a crear nuevos empleos. Obama dijo compartir en parte la postura de los bancos que muchos de quienes buscan crédito representan un riesgo, pero los urgió a redoblar sus esfuerzos con quienes cumplen las condiciones para ello.