¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Sociedad Mexicana escriba una noticia?
La organización Greenpeace-México destacó la necesidad de aplicar un manejo especial de las pilas comunes debido a que sus compuestos son altamente contaminantes. En un estudio expuso que esas baterías son depositadas en los tiraderos municipales donde sus carcazas sufren de corrosión por la acción climática y procesos de fermentación de la basura, con lo que sus compuestos escurren y contaminan suelos y cuerpos de agua, y cuando son quemadas emiten sustancias cancerígenas. Estableció que por lo menos 30 por ciento de cada batería está constituida por compuestos tóxicos como mercurio, plomo, litio, cadmio y níquel y estimó que cada mexicano utiliza un promedio de 10 pilas al año. Según el análisis de Greenpeace, fabricar una pila consume 50 veces más energía de la que genera, y se calcula que la corriente producida por cada una es 450 veces más cara que la generada por la red eléctrica. Agregó que las pilas de carbón-zinc duran poco y son de baja toxicidad; mientras que las alcalinas compuestas de dióxido de manganeso y zinc duran más y son de toxicidad media, estas dos clases son las más comunes y se utilizan en juguetes, radios, cámaras y diversos artículos. Sin embargo, las pilas altamente tóxicas son las de botón, de mercurio, que se utilizan en aparatos como de sordera, calculadoras y relojes, mientras que las de litio se usan en equipos de comunicación, computadoras y celulares, entre otros. Por ello es necesario evitar el vertido de baterías en basureros municipales y detener la importación ilegal, en su mayoría procedente de China, ya que duran menos y se utilizan y tiran más, además de que se deben aplicar planes de manejo especial y desarrollar una normatividad específica para estos materiales.