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El gobierno uruguayo se ocupará de la seguridad de los seis excarcelados de Guantánamo, quienes ya el miércoles se instalarían en una casa que el movimiento sindical local acondicionó para recibirlos.
Se trata de una vivienda ubicada en Montevideo que cuenta con las comodidades de una casa ?como la de cualquier trabajador?, dijo el martes a la AFP Fernando Pereira, coordinador de la central sindical única Pit-CNT.
Cinco de los seis exdetenidos, ahora refugiados, se instalarán ?probablemente? el miércoles en este hogar transitorio, en el que recibirán además clases de español, capacitación profesional y formación sindical.
El sirio Jihad Diyab tardará ?un poco más? en incorporarse al grupo debido a su delicado estado de salud, explicó Pereira, quien aspira a que los exdetenidos se integren al barrio ?como un vecino más?.
Casi tres días después de su llegada a Uruguay, los hombres permanecen internados en el Hospital Militar de Montevideo, rodeados de estrictos operativos de seguridad y un fuerte hermetismo de parte de las autoridades.
?No podemos dar ningún tipo de información, absolutamente ningún tipo de información?, enfatizó el martes a los medios locales el canciller interino Luis Porto.
Apenas llegaron al país sudamericano, en la madrugada del domingo, los hombres -cuatro sirios, un palestino y un tunecino- fueron trasladados al centro de salud para que se les realizara un riguroso examen médico que deje claro en qué condiciones de salud se encuentran.
"Se trató de asegurarles la privacidad", explicó el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, al canal local 20.
El jerarca explicó que luego que salgan del hospital los refugiados también tendrán seguridad.
"Muchas veces preguntan sobre las medidas que se van a tomar desde el punto de vista de la seguridad, partiendo de que son un riesgo para la seguridad", indicó. Pero "las medidas de seguridad que vamos a tomar son para darles seguridad a ellos", enfatizó.
"El país es responsable por la salud, la seguridad, la convivencia que puedan tener de acá en adelante", añadió, declinando dar más información sobre el tema.
- Primeros días -
Los liberados son el tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, de 49 años, el palestino Mohammed Tahanmatan (35) y los sirios Ahmed Adnan Ahjam (37), Ali Hussain Shaabaan (32), Omar Mahmoud Faraj (39) y Jihad Diyab (43), quien se había declarado en huelga de hambre y acudió a la justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza.
Llegaron a Uruguay esposados y con la cara cubierta, después de más de 12 años de encarcelamiento en una de las prisiones más cuestionadas del mundo, abierta por Estados Unidos en 2002 en el marco de su "guerra contra el terror" tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
"Me siento mal como ciudadana estadounidense, (...) los esposaron, tenían los ojos vendados y oídos tapados, y no tenían un asiento propiamente dicho", contó en la noche del lunes, luego de visitar a los refugiados, la abogada Cori Crider, integrante de la organización de derechos humanos Reprieve, que representa al sirio Diyab.
Crider volvió al hospital poco antes del mediodía de este martes, esta vez con bolsas de supermercado con alimentos y acompañada de dos hombres con maletas.
En sus primeros dos días en el país, los asilados vieron a médicos y psicólogos, conversaron entre ellos y se comunicaron con sus familias, relataron sus abogados a la AFP.
Fuentes del hospital dijeron a la AFP que un peluquero militar les recortó además el pelo y la barba.
La ONG Crysol, que agrupa a expresos políticos de Uruguay, se solidarizó con los recién llegados.
"Vemos en ustedes a seres humanos, hermanos nuestros en el dolor, en las vejaciones, en las humillaciones y sentimos vuestros padecimientos como propios", indicó la organización en un comunicado, en el que ofreció su colaboración a las autoridades para la adaptación de los expresos al país.
La llegada de los excautivos fue resuelta por el presidente José Mujica, un exguerrillero que estuvo más de una década preso, la mayor parte en condiciones infrahumanas, y que defendió su decisión como un gesto humanitario, pese a que según encuestas es rechazada por cerca del 60% de los uruguayos.
Luego de 13 años quedan ahora en la cárcel de Guantánamo 136 detenidos, de los cuales la mayoría no enfrentan cargos ni fueron juzgados. De ellos, 67 fueron calificados como "liberables".
El presidente de Estados Unidos Barack Obama ha prometido cerrar el centro de detención antes de que concluya su mandato en enero de 2017.