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El vicepresidente procesado de Argentina, Amado Boudou, destacó la voluntad del país de "romper con el colonialismo económico" este miércoles en Tucumán (norte) al presidir el acto por el Día de la Independencia, en reemplazo de la mandataria Cristina Kirchner, en reposo por faringitis.
Boudou, 49 años, es el primer vicepresidente argentino en ejercicio en ser procesado en un caso de presunta corrupción, por lo que su presencia en el acto del día patrio fue cuestionado por la oposición.
Varios ministros del gabinete de Kirchner también viajaron a Tucumán (1.000 km al norte de Buenos Aires) para asistir al acto, en un gesto que fue interpretado como una señal de respaldo hacia la figura del vicepresidente.
La jefa de Estado, de 61 años, se encuentra en reposo desde hace una semana en la residencia oficial de Olivos por una faringolaringitis aguda, lo que la llevó a suspender toda su agenda pública, incluido un viaje a Paraguay donde el jueves padado debía reunirse con su par, Horacio Cartes.
Se había anunciado la presencia de algunos presidentes sudamericanos en el acto patrio de este miércoles en Tucumán, pero finalmente no hubo visitas internacionales tras confirmarse la ausencia de la mandataria.
"Hace 198 años, se declaraba la independencia política y cultural, y ese camino duro y difícil, tuvo muchas piedras de afuera y adentro, porque el colonialismo no sólo tiene forma política sino que tiene formas económicas que subsisten en el mundo moderno", dijo Boudou.
Agregó que la Presidenta "va a seguir trabajando todos los días por una patria libre, justa y soberana, que rompe con el colonialismo económico, negociando con fuerza y voluntad", cuando Argentina se encuentra en una dura disputa judicial en Estados Unidos con fondos especulativos que la ponen al borde del default.
Estos fondos, a los que Argentina llama 'buitres', litigaron contra el país sudamericano tras rechazar ingresar a los canjes de deuda de 2005 y 2010, aceptados por casi 93% de los tenedores de bonos en mora desde 2001.
Boudou fue compañero de fórmula de Cristina Kirchner, que se impuso por el 54% de los votos en las elecciones de 2011.
El vicepresidente está procesado por supuesto cohecho y negociaciones incompatibles en la supuesta compra de la firma que tiene el monopolio de la impresión del papel moneda, en 2010, cuando era ministro de Economía.
Boudou rechazó las acusaciones, que atribuye a una persecución política, y evitó, gracias a la mayoría oficialista en el Congreso, un juicio político pedido por opositores para destituirlo.