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El futuro político de Bulgaria parecía incierto este lunes, con la victoria exigua en las legislativas del exprimer ministro Boiko Borisov, que deberá buscar una coalición para formar el tercer gobierno en dos años.
Borisov, que hace apenas 20 meses renunció como jefe del gobierno del país más pobre de la Unión Europea (UE), se encuentra en una posición incómoda. Su partido, Gerb (centro-derecha), ganó las legislativas del domingo, pero le faltan al menos treinta escaños para alcanzar la mayoría absoluta.
Con el 97% de los votos escrutados, el Gerb obtiene un 32, 66%, lo que según el instituto Alpha Research, corresponde a 86 escaños en el Parlamento, donde la mayoría absoluta es de 121 bancas.
Los socialistas lograron el 15, 43% de los votos y unos 40 legisladores y les siguen el partido de la minoría turca MDL, que contaría con 39 escaños.
Lejos de arredrarse, Borisov declaró el domingo al anochecer que estaba dispuesto a asumir la tarea de formar gobierno. "Yo quiero gobernar, personalmente", dijo a los periodistas el corpulento exbombero, haciendo un llamamiento a los dirigentes de los otros partidos para que pensaran "cuidadosamente" antes de descartar la posibilidad de trabajar con él.
Una coalición con los socialistas o el partido de la minoría turca está excluida, ya que el primero anunció que permanecería en la oposición y Borisov sostuvo que se negaría a gobernar con el MDL.
La "alternativa sombría", agregó Borisov, serían "nuevas elecciones" y "la quiebra" del país.
- ¿Un gobierno de expertos? -
El nuevo gobierno, suponiendo que se llegue a formar, tendrá que luchar para mejorar la situación económica, aplicar reformas impopulares y hacer frente a la corrupción, el nepotismo y el crimen organizado.
El sueldo mensual medio en este país de los Balcanes de 7, 4 millones de habitantes es equivalente a 400 euros (500 dólares), y siete años después de haber ingresado en la UE, uno de cada cinco hogares vive en la pobreza.
La cólera popular contra la corrupción y la pobreza estalló en manifestaciones nacionales durante las cuales varias personas murieron después de inmolarse prendiéndose fuego, hace dos inviernos (boreales). En esa época, Borisov estaba en el gobierno y renunció en febrero de 2013.
El siguiente gobierno de tecnócratas instalado por los socialistas y el MDL no tuvo más éxito que su predecesor y, después de 14 meses de manifestaciones de protesta casi constantes, renunció en julio, abriendo el camino para estas últimas elecciones.
El próximo gobierno también afronta la delicada tarea de tratar de tener contentos simultáneamente a Rusia, su tradicional aliado y principal proveedor de gas, y a Bruselas, que podría proporcionarle la ayuda para el desarrollo que necesita desesperadamente.
Bulgaria también deberá decidir si reanuda la construcción de su sector del gasoducto South Stream ruso, que suspendió en junio, ante las presiones occidentales debido a la crisis en Ucrania.