Vinícius Jr. firmó este martes ante el Atalanta uno de sus mejores partidos con la camiseta del Real Madrid. Atrevido, valiente, seguro, participativo, con enormes detalles de calidad... Lo tuvo todo. Todo... menos el gol. El brasileño volvió a fallar en la definición dejando buena muestra de sus problemas a la hora de culminar pese a su indudable nivel.

Suya fue la jugada de la noche. El que habría sido sin duda uno de los goles de la temporada, como si Maradona hubiera elegido Valdebebas para reencarnarse... pero, inexplicablemente, después de zafarse de varios defensas tras una carrera de 70 metros y de llevar el balón cosido a las botas, falló en el disparo con el portero semivencido. El gesto de Ramos tirándose al suelo desesperado por el fallo es una perfecta metáfora de lo que es Vinícius: un fuera de serie que, sin embargo, hace llevarse las manos a la cabeza a más de uno.

Desde su desembarco en el Real Madrid en la 2018/2019, Vinícius ha gozado de numerosas oportunidades, logrando el beneplácito de Zidane, el técnico con quien más ha trabajado desde que viste de blanco, y ganándose el cariño de una afición que, pese a no creerse en ocasiones los errores en la definición cuando ya levantan los brazos para celebrar el gol, no ha agotado su cupo de confianza en el brasileño.

Llegó y comenzó a curtirse con el Castilla, dejando ya destellos de lo que le auguraba al primer equipo con su presencia, sin embargo, ha demostrado que aún tiene pendiente explotar.

Ha tenido más oportunidades que otros jugadores que llegaron al Madrid el mismo año, como Odriozola, que incluso salió cedido al Bayern en busca de minutos mientras a Vinícius se los concedían en casa, o que Rodrygo, la otra perla brasileña que ha disfrutado de menos protagonismo que su compatriota.

Lo de Vinícius es un caso extraño: desespera sin desesperar porque nunca se rinde. Y la actitud y las ganas siempre han obtenido la aprobación de la afición madridista

Pese a los elogios y reconocimientos en este texto detallados y la certeza de que 'Vini' cuenta con la confianza del entrenador, sus problemas de cara al gol y su ratio de tantos por minuto jugados dejan mucho que desear.

En LaLiga ha disputado desde su llegada un total de 71 partidos, con más de 3.503 minutos disputados. El balance, 7 goles y siete asistencias. Un tanto -y un pase de gol- cada aproximadamente 10 partidos en la competición doméstica. Un gol cada 500 minutos. En Champions League ha marcado dos goles en 17 partidos. Uno cada 389 minutos.

Un balance negativo en las estadísticas que choca con la actitud de garra que el brasileño muestra en cada oportunidad que tiene. Algo así como cuando logras por fin planificar el viaje de tus sueños, lo tienes todo pagado y, cuando llega el día, cierran las fronteras por una pandemia. Vinícius es un jugador de época... pero lejos de la red.