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Xochiquétzal “Flor Preciosa”. La cual es raptada de su morada celeste por Tezcaptlipoca, el cual tiempo después la regresa transformada en Diosa del Amor
PARA HEIDI
En la divinidad azteca, sobresale una pareja de seres humanos Cipactopal y Uxumuco los cuales tuvieron relaciones sexuales y de ellos surgió Xochipilli, Dios de las Flores y el Amor, los cabellos de Xochipilli formaron a Xochiquétzal, que seria su esposa, Xochiquétzal “Flor Preciosa”. La cual es raptada de su morada celeste por Tezcaptlipoca, el cual tiempo después la regresa transformada en Diosa del Amor.
Tlazolteotl es una manifestación de la Madre Tierra, es la madre de todo cuanto existe, incluidos los mismos dioses, tiene la capacidad de comer la inmundicia, el excremento, la basura y reciclarla convertida en algo útil, transformar el desecho en abono, devolviendo nueva vida. Es reconocida como la diosa del placer sensual y de la voluptuosidad.
Heidi por teléfono me pide que la vea, hace tiempo que no se de ella, en ella vivía una Xochiquetzal, su belleza es infinita, rasgos finos, cabello al tono de su animo variado, su cuerpo carnoso, sinuoso, lineal, ansioso. De ella recuerdo atardeceres y amaneceres en Oaxaca, Puerto Vallarta, su alegría siempre es memorable. Grandes horas de retroalimentación variada y positiva. Nos citamos en el Barrio Chino, su gusto por la comida cantonesa es legendaria, al llegar a la cita me sorprende el cambio en ella, la antigua Xochiquetzal se ha convertido en una Tlazolteotl, con una madures de historias y mitos, viste una blusa blanca que desnuda sus hombros y brazos largos y finos, pantalón azul y zapatos blancos que combinan en darle un débil detalles de la añeja mujer fina y de personalidad avasallante. Su rostro se ve marchito, mas no por los años, es mujer madura de 45 años, ese rostro se ve mas envejecido, su parpados sombreados con un agresivo maquillaje color morado, con ojeras de tristeza, de llanto, son una sonrisa que es una mueca amarga de desvelos y desilusiones de amores fallidos y perdidos, su pelo corto, al aire, de color negro. Sus mejillas se ven opacas, sin vida, sus hombros antes sensuales, se ven sin forma definida. Mi antigua Xochiquétzal, se ha convertido en una Tlazolteotl y sigo sin creer lo que ven mis ojos y no es por criticar su presencia física, es que me apena ver a una mujer que en su rostro refleja su nulidad de vivir la vida.
Tomamos un vino tinto Vega Sicilia, su preferido, en su paladar se ve el grato gusto de tomarlo mas en sus ojos negros se refleja una tenue felicidad añejada. Me comenta que esta cansada, que ha perdido el sentido de la vida, que la han abandonado amores, amistades, sueños de prosperidad social y económica, que su hija Hersilia se ha convertido mas que en un dolor de cabeza, en una completa pesadilla, que la agresividad de Hersilia es constante y abierta, su llanto rompe su relato, yo había convivido con las dos, en su casa grande pero vacía de amor, gratitud y comprensión, en las noches que me quede siempre le comente el aire negativo que se sentía en ella, prefería ir mejor a un hotel que estar en esa casa. Heidi come sin ganas, mas toma otras copas de vino, su gusto por el alcohol se refleja en su estado lastimoso, me relata que ha estado en sitios swinger, pero que no ha logrado la satisfacción sexual que buscaba, que tantas parejas o tantos hombres sobre ella la han lastimado mas que darle placer.
¿Porque lastimamos o nos lastimamos?, porque no existe el amor en nosotros mismo y hacia nuestro prójimo, porque no tenemos el sentir de la gratitud, exigimos el recibir mas somos flojos en el dar
Le comento que el sexo sin amor sólo alivia el abismo que existe entre dos seres humanos de forma momentánea. En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante, no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema que gobierna el mercado de bienes y de trabajo. Que debe vivir en armonía consigo misma, que deje de soñar que lo material es primordial en la vida, que es la vida misma la esencia de la felicidad.
Su llanto me duele, su derrota lastima, mas deseo en ella que sea otra vez la Xochiquétzal con vida propia. Que deje de ser “comedora de inmundicias” o sea una Tlazolteotl. Comprendo que ella ha perdido fe en el amor, que siente ese vació del desamor que tanto lamentaba Benedetti, “vivir en desamor es vivir en la nada”, la nada de una amiga es la nada de uno mismo, porque no sabemos llenar en ella la materia prima que la vida requiere, que es la felicidad de sentirse querida y comprendida.
El dolor es una experiencia emocional (subjetiva) y sensorial (objetiva), generalmente desagradable. ¿Porque lastimamos o nos lastimamos?, porque no existe el amor en nosotros mismo y hacia nuestro prójimo, porque no tenemos el sentir de la gratitud, exigimos el recibir mas somos flojos en el dar.
Heidi se despide de mi frente a su casa, con la promesa de un próximo encuentro, el carro comienza a desplazarse en el aire se escuchan vientos con sonidos diversos, melancólicos y ajenos.
Comprender es perdonar, perdonar es olvidar.
Alfonso