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Un oleoducto de 1.825 kilómetros, al coste de 3.800 millones de dólares atravesará el territorio de la última reserva india de Dakota. El presidente Trump tiene grandes intereses económicos en el proyecto, pero sobre todo tiene su racismo y el apoyo de los republicanos
La reserva india de Standing Rock, en Dakota del Norte y del Sur, es casi tan grande como Asturias aunque sólo tiene 8.000 habitantes. Entre ellos no está la persona más famosa de la reserva: Toro Sentado, que está enterrado en el centro de la reserva en Dakota del Sur, bajo un gran busto de piedra blanca, con el nombre y la fecha de nacimiento, en inglés y en lakota - el idioma de los indios sioux, una de las tres tribus que viven allí-. A su lado está la tumba de Sacagawea, la esclava india que guió a los exploradores Meriwether Lewis y William Clark cuando éstos cruzaron lo que hoy es Estados Unidos en un viaje organizado por el entonces presidente William Jefferson. Les llevó dos años. Y sobrevivieron al invierno cerca de donde está la tumba, gracias a la hospitalidad de los indios de la tribu Mandan. Una tribu diezmada por la viruela que le habían transmitido los tramperos franceses, que patrullaban la cuenca del río Mississippi cazando castores.
Toro Sentado y Sacagawea miran al cielo rodeados por un paisaje que es una sucesión de páramos desolados. Porque la gran pradera de Estados Unidos y de los viejos western de Hollywood hoy yano es verde sino poco más que un semidesierto gris azotado por un viento que no cesa nunca. A los pies de las tumbas arrancan los acantilados por los que pasaron Lewis, Clarke, Sacagawea y los tramperos. Las cuestas y los cortados acaban en el río Missouri, que aquí forma el embalse de Oahe, que anegó el 90% de los bosques y las tierras cultivables de la reserva de Standing Rock y de la de Cheyenne River, que está en la otra orilla del río. Cuando en los años 50 los sioux y los cheyenne trataron de contratar a un abogado que los protegiera de los siniestros planes del Gobierno de EEUU, la Oficina de Asuntos Indios se lo prohibió.No se lo concedieron. ¿Para qué querían tener abogado cuando no podían ni siquiera votar en una reserva del país la que legalmente los indios estaban "bajo el tutelaje" del Estado? Todo Standing Rock tiene un aire de pobreza desolador: los alcohólicos tumbados a las 11 de la mañana; en medio de las calles de casas prefabricadas está el viejo casino de Grand River, a apenas 10 minutos en coche de las tumbas de Toro Sentado y Sacagawea; Estas personas de apenas 50 años que parecen tener 80 por los estragos del alcohol y de la metanfetamina, la droga de los pobres de las zonas rurales de EEUU, que los blancos introdujeron en todas las tribus para robarles la voluntad y quitarles su fiereza y ganas de rebelarse ante la esclavitud en que viven.Los indios llevan así desde 1850 y Trmp y sus antecesores lo saben; y las carreteras kilométricas que van de ningún sitio, están desiertas.Son muy pocos los que pueden salir lejos a reclamar nada.De hecho es un genocidio.
La reserva, como las demás de las dos Dakotas, es tan pobre que los únicos actos electorales que se celebran allí son las "alimentaciones" (feeders) y que consisten, según malas lenguas, en que el Partido Demócrata ofrece comida a la gente junto a los colegios electorales, a ver si así se animan a votar. El Partido Republicano, como no tiene ni un voto entre los indios, siempre ha tratado de prohibir esas "alimentaciones" a los indios, alegando que es compra de votos. De hecho lo es, pero si los demócratas no lo hicieran las reservas serían todas republicanas. Un hombre, una hamburguesa, un voto. En Standing Rock se comprende la frase de otro famoso caudillo sioux, Nube Roja: "Nos prometieron tantas cosas... Tantas que se me han olvidado. Cumplieron una: quitarnos las tierras". También les quitaron el nombre. Sioux -pronunciado 'súu' - significa, ni más ni menos, "serpiente". El nombre procede del que les pusieron sus enemigos ojibwa: "nadoiessoux", Dado que los ojibwa y los sioux llevaron a cabo entre sí una guerra de exterminio en busca del genocidio mutuo con cierta ayuda blanca a los ojibwa contra los temidos Sioux. Es natural qe tan solo y justo la palabra "nadoiessoux"(serpientes), que les ha hecho famosos, les enfurezca. La única cosa que no les quitaron a los lakota fue la dignidad que a pesar de todo la conservan.
El pasado 25 de julio, a pesar de las fuertes objeciones de la tribu, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. autorizó la construcción de la tubería en el proyecto “Dakota Access Pipeline” (DAPL), como parte de la construcción del oleoducto de 1.100 millas que se propone para llevar más de medio millón de barriles de petróleo crudo a Bakken, Illinois, atravesando cuatro estados.
En pleno 2016, los Sioux han tenido que encabezar una rebelión de tribus para defender su estepa (en Hollywood, se le llamaba pradera). Desde hace meses, miles de activistas de 200 tribus están bloqueando la construcción del oleoducto de 1.825 kilómetros, que va a costar 3.800 millones de dólares (3.500 millones de euros) a través de territorio que atraviesa su reserva, y llevará el petróleo pesado extraído por medio de un envenenado "Fracking" desde Dakota del Norte hasta el estado de Illinois, mucho más al sur de EE.UU.
El borrador inicial de evaluación ambiental de la compañía, del 9 de diciembre de 2015, no menciona el hecho de que la vía elegida para el oleoducto “podría poner en peligro, el agua potable de la tribu y de sus ciudadanos. En realidad omite tambien la mera existencia de la tribu en todos los mapas y análisis, en violación directa de las políticas ambientales de EE. UU.”, según un comunicado emitido por la tribu en Standing Rock, en agosto.
Los Sioux reclaman que la ley federal requiere una consulta significativa con la tribu en estos asuntos, y según afirmaron los federales “eso aquí no ha ocurrido”.La tribu se reunió con numerosas agencias federales para discutir el daño impuesto por la tubería, incluyendo: la Agencia de Protección Ambiental, el Departamento del Interior, y el Consejo Asesor de Preservación Histórica. Los tres organismos posteriormente escribieron cartas al Cuerpo de Ejército expresando preocupaciones sobre los recursos ambientales y culturales relacionados con la tubería, pero no hubo una decisión, y no se mencionaron daños, ni hechos..
La gran Nación Sioux, delimitada por los tratados de paz de Fort Laramie de 1854 y 1868 firmados por estadistas y generales blancos y el consejo de las tribus, cuyos originales se guarda, que definieron el vasto territorio de 25 millones de acres de lo que luego se convirtió en la gran reserva Sioux.
Según dice David Archambault Sr., Sioux con una larga trayectoria y experiencia en el Consejo Tribal, Dave Meyers, dueño de las tierras que la tubería del oleoducto va a cruzar, preguntó en la última semana de agosto de 2016 si había tumbas indígenas que podían verse afectadas por la construcción del oleoducto en medio del Indian Country. Se lo consultó a Tim Mentz, miembro Sioux de Standing Rock, y arqueólogo nativo bien informado. Meyers sabía que la Oficina de Preservación Histórica del Estado había realizado una evaluación ambiental pero que, sin embargo, “estos expertos no eran indígenas”.
El domingo 29 de agosto de 2016, Tim Metz y sus hijos encontraron 82 marcas históricas importantes en el terreno, de las cuales 27 eran de lugares de enterramientos, sagradas para la tribu.
El viernes 2 de septiembre de 2016, la tribu Sioux solicitó en la corte federal del distrito en Washington, DC, una orden judicial para detener de forma inmediata la construcción. Los documentos presentados en la Corte, incluían los últimos descubrimientos de las marcas históricas de los enterramientos y proporcionaron las primeras pruebas de que las autoridades estatales pasaban por alto importantes sitios arqueológicos en la trayectoria de la tubería. Por ejemplo, se describe la presencia de un elemento de piedra que representa la constelación Iyokaptan Tanka (la Osa Mayor), señal de que un líder importante, probablemente un jefe muy respetado, estaba enterrado allí cerca”, según el periódicoThe Atlantic, del 6 de septiembre. Los abogados de la compañía "Dakota Access" fueron debidamente notificados de la acción judicial de los Sioux.
Las tribus se movilizaron con ayuda de los ecologistas de izquierda, los verdes. Es la mayor concentración de tribus desde la época de las guerras indias del siglo XIX. Hasta ahora no ha habido muertes. Pero sí violencia. Las autoridades de Dakota del Norte y del Sur y los guardias de seguridad blancos de la empresa constructora del oleoducto, han empleado perros y material antidisturbios para tratar de mantener fuera de las obras a los indígenas, que cuentan ahora con el apoyo de grupos ecologistas y manifestantes de izquierda. Sólo en una semana hubo 127 personas detenidas por tratar de interrumpir los trabajos de Dakota Access. Ya hace dos meses, seis personas tuvieron que recibir atención médica por mordeduras de perros, y 24 fueron rociadas con un spray que produce picor e irritación en la garganta y en los ojos. Y los daña.Se supone que los perros están vacunados contra la rabia.
La periodista Amy Goodman -la misma que entrevistó a Pablo Iglesias cuando éste viajó a Nueva York en febrero de 2015 - fue detenida por retransmitir la protesta en su programa de radio y televisión "Democracy Now", que se puede seguir en internet. Las autoridades de Dakota del Norte la acusaron de incitación a la violencia y a la desobediencia civil, lo que implica cárcel. Amy Goodman no había hecho otra cosa que informar de los hechos. Además, hacía dos semanas la policía detuvo a 141 personas, y en el tumulto se oyeron disparos de bala en dos ocasiones, pero ninguna noticia de muertos o heridos. Los detenidos fueron puestos en libertad, salvo uno.
La agresividad de las autoridades policiales blancas ha sido tal que los líderes de Standing Rock han pedido al Estado Federal -es decir, a Washington- una investigación por la actuación desproporcionada (brutal) de las policías locales. El Gobierno de Barack Obama, tan dispuesto a intervenir cuando se agrede a otras minorías -en especial la de color-, no se pronunció ante la acción que el presidente de Standing Rock, Dave Archambult, califica de "militarización de las fuerzas policiales locales". Obama pidió que se suspendieran las obras. El presidente está muy atado por "altas presiones políticas". Pero los indios y quienes los defienden consideraron mucho más atronador, todavía, el silencio de los candidatos a la presidencia, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, en plena campaña.
Claro que Trump ya ha dado su opinión de manera indirecta con sus millones: el promotor inmobiliario tiene ya una inversión de un millón de dólares (920 millones de euros) en Energy Transfer Partners, la empresa dueña de Dakota Access. Por una vez, no hace falta que Trump hable para que se sepa del lado de quién está y actúa. El rechazo de los indígenas de Standing Rock tiene motivos tanto tangibles como psicológicos. La verdad oficial esta colgada en la web de los sioux de Standing Rock y las protestas son de carácter medioambiental y cultural. Porque el oleoducto que afecta a la reserva, atraviesa por mitad los lugares de culto tradicionales, donde están los cementerios de sus héroes. Los indios de las praderas, están hartos de ver en sus territorios a gente americana que entra a violar tumbas y llevarse los ornamentos y joyas artesanales muy valiosas allí enterradas que los indios guardan como recuerdo. Sólo a veces los indios venden piezas sueltas a coleccionistas famosos o a museos para mitigar la pobreza y el hambre.
Las víctimas anteriores por mordeduras de los perros de los vigilantes blancos ya fueron dadas de alta. Sólo trataban de impedir que las excavadoras de Dakota Access entraran a remover la tierra de un cementerio tribal. Fue una marea humana de cientos de personas que se abalanzaron sobre la maquinaria y se tumbaron, a inmolarse si fuera necesario, para impedir que los tractores y las excavadoras no avanzaran más allá de las vallas que protegían las tumbas sagradas. Pocos días después, la empresa Dakota Access que abre el camino del oleoducto (en la que el presidente Trump tiene grandes intereses), según el diario The Guardian y Greenpeace. Trump está involucrado en Dakota Access como socio.Y no se ha suspendido la marcha del oleoducto.Los muertos no hablan.
A los indios les robaron las tierras. Ahora, pueden envenenarles el agua con el petroleo del Fracking
Algún periodista ha divulgado que, según la información financiera oficial, que tuvo que presentar el candidato republicano durante el proceso electoral, Trump tiene por lo menos un millón de dolares invertidos en “Energy Transfer Partners” (dueña del proyecto de oleoducto), con una participación adicional de la misma cantidad en “Phillips 66”, empresa que tendrá una participación de 25% en el proyecto Dakota Access, una vez terminado.
A su vez, Kelcy Warren, director ejecutivo de “Energy Transfer Partners”, entregó 103.000 dólares para gastos de la elección de Trump, y otros 66.800 dólares al Comité Nacional Republicano desde que Trump obtuvo la nominación del Partido. Warren hizo una donación adicional de 100.000 dólares a Trump Victory Fund, el pasado junio. Warren ha sido un fanático entusiasta del Partido Republicano y contribuye con el monto máximo oficialmente permitido a las campañas del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y Fred Upson, presidente del comité de energía y comercio. Greg Abbott, el actual gobernador de Texas, recibió 555.000 dólares de Warren durante el ciclo electoral de 2014, que posteriormente nombró al empresario, y su esposa Amy, a las juntas estatales.
El Cartógrafo, Carl Sack, confeccionó mapas sobre la zona de la protesta y la gente se enteró pero Hillary Clinton y Dionald Trump siguen guardando silencio. La línea discontinua en los mapas muestra que el trazado de la ruta original que no fue aprobado y tuvo que modifcarse porque implicaba riesgos para el agua de la ciudad de Bismarck.
El grupo verde alertó que uno de los helicópteros militares o policiales que vigilan -y que, y tratan de impedir la defensa a los indios y la ayuda de los manifestantes ecologistas a los indios - había estado a punto de estrellarse contra dos drones (aviones sin piloto), que es el arma de los defensores. Drones bien manejados por expertos de los grupos verdes.
El peligro para la salud pública de las tribus pende de un hilo. Las autoridades de Washington tratan de ocultar que al atravesar río Missouri, el oleoducto con sus enormes tuberías, puede sufrir una rotura en cualquier momento y el escape contaminaría Standing Rock y los de Cheyenne River, creando una marea negra en el embalsa de Oahe.Los primeros afectados serán los habitantes de las riberas. Antes de que la contaminación llegara a Pierre, la capital de Dakota del Sur -que apenas tiene 6.000 habitantes y que se llena al atardecer de ciervos que cruzan las calles- los indígenas quedarían envenenados por los hidrocarburos.Sería un desastre total para las tribus.
Pero, hay un factor adicional: el agravio "colateral" es aún más grave que el otro. Hace justamente un año, el Gobierno de Barack Obama negó el permiso para construir una tubería de 525 kilómetros, el llamado Tramo XL del Oleoducto de Keystone, a través de Montana, Dakota del Sur y Nebraska. Esa obra transportaría petróleo de la provincia canadiense de Alberta y de Dakota del Norte, en cuya extracción, por Fracking, según los científicos y medicos, se iban a generar de las tuberías enormes cantidades de gases altamente tóxicos que al ser liberados saltan a la atmósfera y afectarían al cambio climático. Y los encargados de cumplir ciertas clausulas del Acuerdo del Clima de Paris de diciembre 2014, estaban alerta tambien desde el lado canadiense de la decisión de Obama.
A pesa de eso, el Partido Republicano estaba en favor de construir el oleoducto a través del tramo prohibido XL, y lo estaba Donald Trump, aún solo candidato. Pero el partido republicano sólo aprobó una parte segura de la obra una vez que las autoridades médicas de Washington y TransCanada dieron garantías adicionales de que, en caso de rotura de la tubería, ésta no afectaría al acuífero. Se trataba no de proteger a los Sioux sino porque los poderosos ganaderos del estado de Montana, en su inmensa mayoría republicanos, obtienen agua para sus grandes rebaños de un tramo de XL y son desde luego, en un 87%, votantes seguros de Trump. Un acuífero que, además, se llama Ogallala, una palabra que es una corrupción del nombre de otra tribu lakota, los oglalla.
Los tratados del siglo XIX de los Padres de la Patria con las tribus indias (los pieles rojas de Hollywood), no son ni argumentos para la Justicia norteamericana actual, ni menos para las autoridades de Dakota del Norte y del Sur o para la empresa constructora y para Trump. Finalmente, arguyen, en todos los medios del país que los indios de EEUU han hecho del litigio del oleoducto y sus presuntos cementerios una bella obra de arte -siempre muy rentable-. Eso ya quedó de manifiesto cuando los indígenas de Massachusetts bloquearon, alegando que sus antepasados enterraban sus restos mortales allí, quisieron prohibir un parque eólico en el mar. Los republicanos no consideran un factor a sopesar el medio ambiente ni en el cambio climático, que según David Trump son un cuento chino.
Para hacer más rocambolesca la historia, su principal apoyo en Massachusetts contra de los parques eólicos marinos no fue el medio ambiente sino la familia Kennedy, que no quería que las vistas al mar desde su mansión de Cape Cod quedaran alteradas por la presencia de decenas de aspas flotantes ni por nada. Así que para las tribus está claro: lo que es bueno para las personas de origen europeo no lo es para ellos. Por eso, los descendientes de Toro Sentado, Caballo Loco, Cochise y hermanos de raza querían conservar la pradera y no abandonarla a las tuberías de la compañía.
. Primero lo intentaron en los tribunales de EE.UU., dado que la ruta del oleoducto es una flagrante violación del Tratado (¿de paz? del Fuerte Laramie de 1851. La Justicia les quitó la razón. Perdieron. el litigio, lo cual no fue una sorpresa, porque los tribunales norteamericanos entienden los tratados históricos(y los otros) de forma asimétrica: cuando benefician a los indígenas, no valen; cuando ayudan a los descendientes de los colonos europeos muy blancos, sí. De hecho, el golpe de gracia al proceso legal de los indios lo dio un tribunal de Washington el 8 de octubre pasado, la víspera del Día Mundial de los Pueblos Indígenas.
Lo que hizo la empresa Dakota Access con asesoramiento de Trump fue comprar el terreno en el que se estaba realizando la protesta, y el campamento de los manifestantes fue desalojado por la policía y tuvo que moverse a otro sitio a varios kilómetros. Así que la controversia quedó acallada. Nom hubo manifestantes indos o verdes.Fue medio ignorada por los medios de comunicación de Estados Unidos, para los que los indígenas dejaron de ser un tema de mínimo interés en medio de la campaa electoral nacional. Pero los lakotas y sus aliados ecologistas de izquierda tienen en el siglo XXI una ventaja de la que carecían Toro Sentado y Nube Roja: internet. El vídeo de siete minutos sobre las protestas de septiembre colgado por la periodista Goodman ya cuenta con más de 14 millones de visitas. Y la semana pasada un juez de Dakota del Norte rechazó los cargos en contra de la periodista. Al mismo tiempo, la estrella de rock Neil Young y los sospechosos habituales de este tipo de causas en Hollywood -Susan Sarandon, Ben Affleck- se han pronunciado a favor de los indios.Leonardo DiCaprio dirige en sus foros la parte medioambiental.
Los últimos disturbios fueron difundidos a través de Periscope, el servicio de vídeos de Twitter, y de Facebook Live, y esas retransmisiones han tenido decenas de miles de visitas cada una. Los indígenas también han creado la organización ReZpect Our Water, cuya grafía es claramente alternativa (coordinado con una amplia gama de grupos de izquierda dentro y fuera de Estados Unidos).
Los indios de Standing Rock serán pobres, pero no son tontos. Igual que sus ancestros dominaron la guerra de guerrillas en la praderay sobrevivieron, excepto en Hollywood que les hizo, perder, ellos están aprendiendo la guerra de guerrillas sin víctimas. Mediática. Y, del mismo modo que los americanos blancos sólo se impusieron a los indígenas por medio del uso de la fuerza y sus nuevos rifles Winchester, las autoridades locales y los guardias de Dakota Access, están empleando todos los medios- incluso los presidenciales- contra el ingenio de los indios. Así, la Policía de Dakota del Norte abate a tiros los drones de los manifestantes que estaban filmando la dureza de las fuerzas del orden.Se prohiben testigos.
Pero es así como los indios rebeldes de Standing Rock han conseguido romper la indiferencia de la sociedad de Estados Unidos. No han parado las excavadoras, pero han elevado la apuesta. Hace dos semanas los manifestantes bloquearon la autopista 1801, que cruza Dakota del Norte de lado a lado. Es la nueva guerra india del siglo XXI. Como ha declarado a una cadena de televisión, Cody Hall, el portavoz del campamento que ha bloqueado la autopista 1801: "Vamos a luchar hasta el final". El espíritu de Toro Sentado, que fue asesinado después de haberse rendido y aceptado vivir en la reserva, sigue vivo en Standing Rock.No somos musulmanes señor Trump.